Aunque llevaba tres meses aquí y Jonathan no me había venido a visitar, no podía quejarme de la estadía, tenía una celda solo para mi con muchas comodidades, dos días para visitas privadas y un buen menú de comida. Las visitas no me faltaban. Venían algunas chicas para animarme. Entre los asuntos más importantes, estaba Arlen, ¿cuánto tiempo más se quedaría callado? ¿Por qué diablos no decía nada? Lo último que supe de él hace un par de días, era que se estaba negando a comer, había intentando suicidarse por lo que lo tenían en aislamiento para que no se hiciera daño, ni a él ni a los empleados. En mas de una ocasión exigía ver a Aurora, también a Jonathan, pero eso no sería posible, no se podía ceder a sus caprichosos. Ya tenía ganas de salir de aquí, pero me quedaba mucho tiempo,