Socios Se sentaron en torno a la mesa; era la primera vez que se sentaban juntos; pero, en esta ocasión, toda desavenencia y discordia que hubiera habido entre ellos anteriormente había desaparecido, a causa, sencillamente, de una desgracia que les era común a todos. —Caballeros —dijo el capitán después de hacer una pausa; asumiendo el papel de un presidente que acabara de abrir una sesión de Juntas, continuó hablando—, nos han engañado. Huish rompió a reír y exclamó: —¡Ésta sí que ha sido una buena estafa!, ¡y Davis que creía haber hecho un buen negocio! ¡Hemos robado un cargamento de agua fresca! ¡Ay, Dios mío! —Al decir esto, se retorcía de risa. El capitán también intentó esbozar una sonrisa. —Un viejo amigo, el Destino —le dijo a Herrick—, pero esta vez, en vez de llamar, ha dad