Presencia...

755 Words
Ya llevaba seis meses trabajando en está casa, lo cual me decía que después de esto ya nada podría ser peor, escuchaba pasos siempre detrás de mí, escuchaba cómo movían cosas otras veces, claramente escuchaba que me llamaban. De algo estaba segura es que el cuerpo en el congelador, se estaba descomponiendo, se estaba dañando demasiado, había un debate entre la familia de que hacer, pero de algo muy cierto es que ya no se podía seguir moviéndose. Luego de tanta discusión que hacer, tomaron la decisión de dejarlo inmóvil, le harían un tipo de cámara, lo dejarían ahí, eso evitaría según ellos, que el cuerpo siguiera arruinandose. Tartadon un total de 23 días. Cambiaron el cuerpo por última vez, le colocaron una camisa blanca formal de cuello muy elegante, un pantalón de lona de los que el utilizaba, un suéter gris formal de abuelito, se veía muy bien de hecho, lo peinaron hacía un lado, su cabello castaño claro, algunos mechones rubios habían que pareciera todo un apuesto adonis, muy alto, elegante, era un encanto. Lo besaron, le colocaron sus calcetines color blancos, la familia lloraba al rededor de él, diciéndole que lo extrañaban demasiado, que amaban, lo abrazaban, le cantaban canciones, luego de un par de horas, lo colocaron donde quedaría permanente, se despidieron con besos, abrazos una vez más de él. Llegó un momento en el que me sentía muy mal, una tristeza enorme, cerraron la cámara, solamente dejaron una ventana pequeña en la que a penas se podía ver su rostro, cerraron el cuarto todos se marcharon hacer su reunión a la sala. Yo sinceramente me sentía fuera de lugar, tomé a todos los perros los lleve a fuera, mientras caminaba me encontré con mi prima, que les comenté que era vidente esas cosas paranormales todo eso. Nos sentamos a platicar. Ashe: Te he estado soñando prima. Yo: así? Como? Ashe: no se como explicarte pero veo muchos espíritus que te rodean, tienes un aura a muerto. Yo: no me preocupes, a que te refieres? Ashe: me refiero a todo prima, quisiera escuchar que estas haciendo, porque hay algo que te está siguiendo, justamente pude sentir algo sumamente fuerte, tristeza, agonía, dolor. Yo: no se si decirte prima porque me metería en muchos problemas, no solamente eso, sino que metería a otras personas a demasiados problemas, no quiero eso. Ashe: prima puedes contar conmigo, no he venido a juzgarte, eres como mi hermana menor, de hecho somos las únicas parientes, ambas somos hijas únicas. Yo: jeje cierto prima, pero tú eres bien rara. Ashe: lo sé, a ver cuéntame lo que te tiene así, en que lío te metiste? ... Pues.. Bueno, luego de contarle todo, cada detalle, se quedó en silencio unos minutos, podía ver que estaba pensando, ya su silencio me había incómodado, así que decidí romper ese silencio. Yo: oyeeee me dirás algo o no? Mira que ya tengo que regresar con las mascotas, si quieres hablamos en mi cuarto, nada de decir nada. Ashe: quedate tranquila no diré nada, pero si tenemos que hablar. ... Terminó mi tiempo de trabajo, me despedí como de costumbre, me retiré, me fui directo a mi casa, mi mamá pues aún no había llegado, mi prima ya tenía hecha la cena, limpia toda la casa, de lo más tranquila, relajada. Me contaba que le estaba yendo muy bien en el estudio, en el trabajo, que estaba bien soltera sin ganas de conocer a alguien, jeje sonreí porque recordé que había terminado con su novio porque el estaba casado. Al final, pues me dijo: Quisiera entrar a esa casa, darle un paseo, tengo el presentimiento que ahí encontrarás todas las respuestas, sobre todo quien es el que te sigue, que quiere. Yo sinceramente no sabía qué decirle, si dejarla entrar o no. Yo se que los quieres mucho, también los aprecio somos conocidos desde que estábamos pequeñas, pero hay algo preocupante, al venir a casa, me acerque a tu ventana, he visto que alguien se pasea por toda la casa, primero le he visto en la ventana del tercer nivel, ni siquiera había corrido cinco segundos le volví a ver en la ventana del segundo, pude sentir que me veía también. Después de esto, le dije, que si, podía entrar. Nos acostamos, me dijo. Hay cosas que no son de este mundo, pero se aferran a él, también hay cosas buenas y malas, jamás sabes con qué te encontrarás. Respiré, le dije, bueno mañana entraras conmigo, cerré los ojos, un último suspiró.
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