Mi hombre❤️

1304 Words
Siempre había creído que los excesos eran malos, pero si tengo que morir de algo, espero que sea por tener un exceso de ti. -Fuente anónima. Estoy tan enojada con él, ya saben de quién hablo, ¿de quién más? Que del estúpido alemán del cual estoy enamorada. Me ha encargado tantos trabajos y estoy a punto de asesinarlo solo por eso. Después de haber rechazado su oferta de acostarme con él por obligación, me quede a trabajar por algunos días, pensando en si podía reunir buen dinero y poner mi propio negocio. No sé de qué, pero, de algo será. Me levanto de mal humor, de solamente pensar que tendré que ver al idiota de mi jefe, mi día va de mal en peor. Llego a la empresa y justamente veo que está entrando en el ascensor con su amiguita, la estirada. Me mira como si fuese superior a mí, mientras el ascensor se cierra. Espero unos minutos, mientras espero, otras personas se agregan para esperar que el ascensor este vacío, para así ocuparlo. Entro en el ascensor y veo que está Andrés, mi compañero de al lado. Este me mira y me sonríe muy feliz. —Hey, estás más perdida que Santa Claus en navidad nena. Te he extrañado —me abraza fuertemente y coloca sus manos en mi cintura, mientras que su cara está en la curva de mi cuello. Siento como respira en él. Me pregunto en qué momento le he dado confianza para que se acerque tanto a mí. —Si algo así, disculpa — me separo de él y le sonrió como a modo de disculpa por separarme —. No me gustan mucho los abrazos. —Ah, está bien preciosa, lo entiendo. Te tengo que contar una buena. —me agarra la cintura de nuevo y estoy que quiero pegarle un guantazo por molesto que es. —Sí, cuéntame rápido que tengo cosas que hacer. —Pues mi novia y yo hemos terminado, ya sabes lo mismo de siempre, uno de los dos se cansa y ese fui yo. Ella es muy intensa. Así que la deje. —Wow, que gran notición — me molesta como se expresa de ella, muchos hombres desearían que una mujer le hiciera caso y este tipo anda desperdiciando oportunidades solo porque es bonito y atractivo. En todo caso, es un idiota. —. Espero y encuentres a alguien que te haga feliz. —Esa persona está a mi lado y créeme haría lo imposible porque me notara. — entiendo la indirecta, pero me hago la chiva loca. —Espero y así sea, Andrés. No es bueno estar solo, llévate de mí. - le doy un golpecito en el hombro. —Sí, no es bueno estar solamente, pero mejor solo que mal acompañado. —Si, verda... - no llego a terminar la palabra que iba a decir, porque el ascensor se para y me mareo por el movimiento que hace el ascensor. Inconscientemente, me aferro a Andrés para, no caerme, Andrés me agarra fuerte, ya que ve que tambalee un poco. De repente se apaga la luz y las personas del ascensor comienzan a entrar en pánico. Yo no entro en pánico en el momento, pero sé que al cabo de unos minutos me pondré histérica y ese será mi fin. Me separo del grupo y de Andrés, puesto que me estoy sofocando, desde pequeña tengo Claustrofobia y ese miedo hace que me salgan ronchas en la piel y peor aún, no soy amiga del calor, pero estoy en un ascensor, apagado y con muchas personas, sumando todo eso; me va a dar un ataque histérico y eso no es bueno. Me siento en el piso y coloco mi cabeza entre mis piernas, las personas del ascensor siguen gritando como locos y eso me estresa más. —Abran la estúpida puerta, carajo. Son unos inservibles, como es que estamos aquí todavía, son unos incompetentes, deberíamos de estar afuera, ¡ya! — dice esto un chico de cabellera larga hasta el hombro, más o menos un metro ochenta. —Si no nos han sacado es porque están buscando la forma, cierra la boca, solo me estresas más. -—digo esto, para ver si cierra la boca, pero solo lo hago enojar más, así que ante que me suelte una de sus frescas, le suelto yo una —. Y ándate con cuidado con lo que me vas a decir, na' más te digo, claro por tu bien, no por el mío. —¿Y qué me vas a hacer? Pues nada, eres una mujer, ustedes son el sexo débil, no vas a poder conmigo, nena. —Cierra la boca imbécil, si te atreves a ponerle un dedo encima te rompo la cara de un solo golpe. Ni lo intentes. —esto lo dice Andrés, al tiempo que aprieta los puños. —Wow, pero es verdad que las que son calladitas y se las dan en santitas son las más putas. —¿Qué estás diciendo? —le pregunto al idiota que me acaba de ofender. —¿Con qué ahora no sabes? —se comienza a carcajear —. Pues que tu jefe, que es mi jefe, me amenazo a mí, pero no solo a mí, sino a todo el personal masculino de que el que se acercara a ti iba a ser despedido y por lo que veo te lo tiras a él y también te tiras a Andrés. Bájale algo a la calentura, ¿Quieres? —No me voy a alterar, porque de lo contrario se podría ver como si es verdad lo que dices. No, no me acuesto ni con mi jefe, ni con Andrés, de hecho no tengo ni siquiera que estar diciéndote esto, pero lo hago para que no comiences a hablar m****a de mí.— me levanto del suelo y me acerco a él —. Si es verdad lo que dices que no te puedes acercar a mí, ponme un dedo encima para que veas si solo te van a despedir, de aquí sales muerto idiota. —Y dices que no te acuestas con él, cierra la boca. Es obvio que lo haces y si no es así, entonces ¿Por qué él te protege? —No te importa, métete en tu vida, metiche. —Hago lo que quiero, estúpida. Crees que por estar con el jefe puedes mandarme, pues no. —me agarra el brazo derecho y comienza a apretármelo. Andrés se acerca y le dice seriamente. —Suéltala o no reaccionó. —Yo la suelto si quiero — le dice esto a Andrés y luego se dirige a mí —. Así aprendes a no volver a hablarle duro a un hombre. —me da un bofetón. Joder. Eso dolió. A mi mente viene una lluvia de recuerdos de mi padre, golpeándome por defender a mi madre. Ese recuerdo sigue intacto en mi piel, como si fuera un tatuaje. Coloco mi mano en mi cara y levanto la mirada para ver al hombre que me golpeo, pero ni siquiera llego a mirarlo porque de pronto me atraviesa un puño la cara y caigo directamente al piso. Oigo que se abre el ascensor y oigo el murmullo de las personas al poder salir de ascensor, pero yo me quedo justamente en el piso, mirando como Axel levanta al hombre y estrella su cabeza con la puerta del ascensor haciendo que salga sangre de su frente, luego lo empuja al piso y pasa por encima de él para llegar a mí, pero antes de que llegue Axel, Andrés me abraza y me acurruca en sus brazos. Me quedo mirando a Axel que extiende su mano para que la tome. Poniéndome en una posición incómoda; elegir entre él o Andrés.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD