No elegiré, no y no. Ellas son más importantes que mi propia vida, nunca podría perdonarme haber elegido a una de ellas dos. Las amo sobre todas las cosas y con ellas me quedo. Estoy en la sala del hospital, justamente donde el doctor me ha dicho anteriormente que tengo que elegir entre la vida de Isabella o la de mi hija y que si no lo hacía, ellas morirían. Aún no entiendo que he hecho en esta vida, para tener que sufrir y no poder ser feliz por una vez en la vida. En mi mente solo vagan pensamientos de «Ríndete. Esta vez vas a perderlas a las dos. No las mereces. No mereces ser feliz». Y me pregunto, que hecho para merecer tanto mal y recuerdo, que el principio de todos estos males, es Amanda. Recordarme de ella, es como echarle limón o sal a mi herida. No quiero volver a verl