Lastimada❤️

3580 Words
Estaré contigo hasta que solo seamos polvos y, entonces, volaremos juntos por el viento. -ABEL RUIZ —Mamá, ya te dije, es mi jefe y solo me trajo. Ya vas a comenzar con los sermones católicos. Porque no mejor me entras en una Abadía para ser ¡monja! —le digo mirándola con enojo, ella solo levanta las manos en señal de paz y se va a abrir la nevera para sacar 2 botellas de agua, una para mí y una para ella y a la vez me hace un ademán para que siga hablando —. No mamá, no tengo más nada que decir, no voy a estar con nadie y menos con él, porque es mi jefe, así que ya deja la herida tranquila que me estás haciendo sangrar de más. —Solo lo digo para que no me vengas como la llorona, esa de la película de terror, no quiero que sufras igual que yo. Me encantaría que estuvieras con alguien, pero no con él, te va a lastimar, es lo que siempre hacen esos chicos ricos —me advierte abrazándome y meciéndome, luego me mira a los ojos —. Te amo con mi vida, quiero que seas feliz y no quiero que sufras. Pero uno siempre aprende de los errores del amor y aquí estaré para ti. Sé que nunca he sido la mejor madre, pero cada día lo intento más amor. —Mamá, yo también te amo y entiendo lo que me dices, pero para mí es difícil. No confió en los hombres, siquiera en mi sombra, así que ya deja de pensar que quiero algo con él o con otro hombre. Tú eres y serás mi único amor. —Aja, eso le dije yo a mis padres y quede embarazada de ti, eso no te lo cree ni tu abuelita —me da la espalda para seguir sus quehaceres. Ahora tiene como pasa tiempo estar cociendo o haciendo abrigos de lana —. Entonces vete a bañar y a dormir, tienes trabajo y no puedes llegar tarde. Anda vete. —Si mamá. Descansa. Llego a mi habitación y cierro la puerta. Este es el único lugar donde me permito reflexionar en todos mis problemas, me siento en mi cama con la cabeza pegada a la cabecera, para dejar mis pensamientos al aire. Me siento muy confundida por mi nuevo jefe. Siento que algo me llama de él, pero no puedo dar mi brazo a torcer, él debe de tener cientos de chicas a sus pies y yo aquí babeando por él. No me gusta ese sentimiento de opresión en el pecho, no me gusta y tendré que solo ser profesional y hablar solamente de cosas del trabajo. Estando sumida en mis pensamientos, mi teléfono vibra en mi pantalón, saco mi celular y veo la pantalla y me dice que un número desconocido me ha enviado un mensaje. En primera parte: yo no tengo amigos. Soy lo más antisocial que hay en el planeta. ¿Y si me preguntan por qué es? Es porque me traicionaron y no me gusta la traición. Mi mejor amiga enamoró a mi novio y los descubrí con las manos en la masa y desde ese momento desconfió hasta de mi sombra. Por estar pensando se me olvida lo del mensaje. Número desconocido: «Espero y estés dormida, es una orden». Que m****a es esto, ¿Cómo rayos tiene mi número? Isabella: «¿Cómo rayos conseguiste mi número? ¿Y por qué me escribes? Espera ¿Desde cuándo eres un acosador?» Número desconocido: «A veces me pregunto si eres estúpida o te haces, ¡qué demonios! Si trabajas en mi empresa tenemos tus documentos, por lo tanto, tengo tu número y te escribo para que te vayas a dormir, ¡obvio!» ¿Está loco o qué? Es que es estúpido que me escriba por más que diga que no. Ya no le contesto porque no vale la pena, pero no sé por qué siento que me emocione al saber que era el quién me escribía. Tengo que alejarme de él o caeré redondita a sus pies o ¿ya lo estoy? La verdad no lo sé. Mejor dejo de pensar tanto, porque dormida me veo más bonita. **** A la mañana siguiente. Me levanto de mal humor, sintiéndome el cuerpo como si trabaje de constructora. Llegue al trabajo temprano, eran las 8:40 A.M., no me encontré a mi jefe por suerte, ya que no había llegado. Así que me puse a hacer mi trabajo. Comencé revisé los papeles que estaban en mi escritorio durante una hora completa. Cuando termine de verificar, fui a su oficina y ahí estaba el muy descarado, hablando con una mujer muy hermosa y elegante. Se me quedan mirando los dos y juro que no sé qué decir, lo quiero que suceda es que «Me trague la tierra». —No sé qué clase de educación le han dado en su casa señorita, pero en la mía, me enseñaron a tocar antes de entrar. —Disculpe jefe. Pensé que usted no estaba aquí y entre así de rápido. Lo siento, no volverá a ocurrir —me acerco a su escritorio y pongo los papeles en un lado bien ordenados, le sonrió a la chica y esta me mira altiva, «Porque me mira de esa forma», me dispongo a salir de su oficina. —Eso espero yo señorita. Váyase y no vuelva a entrar y cancele todas mis citas, estaré ocupado. —Así lo haré, señor. Salgo de la oficina hecha una furia, por como él siquiera me miro, solo tenía ojos para esa pelirroja. Estoy ardiendo en furia y celos, pero yo soy la estúpida. Él nunca me dijo que quería estar conmigo o algo así, no sé qué estoy pensando. Me dirijo a la cafetería y me bebo mi café de diario, de pronto siento unas manos en mi hombro y me volteo a ver y veo que es mi compañero de al lado. Andrés es un chico tímido y raro, me da igual porque es igual que yo y por eso me agrada. —Te vi aquí y dije, porque no molestar a mi hermosa amiga —dijo riéndose y al mismo tiempo, me quito un mechón de la cara y me lo puso detrás de la oreja —. Tenía ganas de verte. —Yo también tonto. No te vi en la mañana y pues se me olvido saludarte. — Sabes que mi vida es aburrida y vacía. Pero me he dado cuenta, de que tú le das vida y color. —Si no fuera porque te conozco, pensaría que me estás enamorando, pero como ni el perro de mi vecina me ladra, me quito esas ideas de la cabeza... —levantándome de la silla, le doy un golpe en el hombro —. Hablamos después, ya llego tarde y tengo que revisar más papeles. No espero a que me conteste y me voy. Yo solo tengo ojos para el idiota de mi jefe, que ni caso me hace. Tengo que alejarme de él o pareceré una ofrecida y eso ¡sí que no mi amor! Como dicen en mi país. En lo que camino y me voy para mi oficina, veo a la mujer que estaba en su oficina salir de ella, no puedo negar que me siento feliz de que se vaya, pero mi felicidad no dura mucho cuando sale de la oficina con cara de recién cogida. Me da tanta rabia saber que él acaba de tener intimidad con ella en su oficina, mientras yo aquí pensando en él. Es que eso me pase a mí por idiota. Terminó mi día trabajando y voy saliendo, cuando choco con algo duro, que me hace caer sentada, lo que hace que grite idioteces antes de que me diera cuenta de que es mi jefe con quien he chocado. —Pero que m****a te pasa. Es que no puedes mirar por donde caminas imbec... —Le grité al idiota que se me puso en mi camino, pero no termino de hablar porque me doy cuenta de que es mi jefe. — Disculpe señorita Rodríguez ¿Pero qué iba a decir? —Lo siento, señor, no lo vi... —Le dije evitando la pregunta que me hizo. A lo que él se me quedo mirando por un buen rato e hizo algo que me dejo confundida, me mira como si estuviera interrogándome y luego baja la cabeza. Pasa unos segundos y me mira de nuevo. —¿Qué hacías almorzando con Andrés? ¿Se te han olvidado las reglas? ¿Qué es él para ti? —Lo que él sea para mí o lo que no sea, a usted no le importa y me disculpas por favor... —comienzo a caminar para alejarme de él, entro en ascensor y pulso el botón para que me lleve a la última planta. Cuando ya casi se cierra, el idiota entra. Él está callado, no dice nada y se lo agradezco, ya que por lo que vi hoy en la mañana, me tiene confusa y herida. El idiota se folla a la tipa en su oficina y luego y viene a donde a mí como un santo de devoción, quiero agarrarlo a palos, pero luego pienso que no debo, porque yo no tengo una explicación para hacerlo, ya que él y yo, no tenemos nada. «Que cruel es la vida». De pronto el ascensor se mueve de forma muy brusca y yo me tambaleo. Él me agarra de la cintura, DIOS, el fuego que siento dentro de mí es como una explosión y para sumarle los fuegos artificiales que comienzan a surgir en mi bajo vientre, son como el impulso para la bomba. Yo no me muevo, no hago nada y es porque él es más alto que yo, lo miro y no sé por qué, pero cuando miro sus ojos color café claros son como un reflejo de los míos, como si él pudiera sentir lo que yo siento, como si él pudiera estar en mis zapatos y si eso es lo que sucede, él es la primera persona que lo hace. Nos quedamos mirándonos cuando de pronto él me suelta como si mi contacto lo quemara, eso me dolió, sin que él supiese con ese acto rompió la conexión que había hasta en el anterior momento. El ascensor se paró y abrió las puertas, salí como si fuera flash del ascensor corriendo para ver si encontraba un taxi que me salvara de tener que hablar con él o lo que sea y justamente mi plegaria fue contestada. Un taxi estaba pasando en ese instante, hice una seña con mis manos, el conductor se parqueó y yo abrí la puerta en cuanto iba a entrar sentí como algo me jalo la cintura y otra vez sentí los fuegos artificiales y mi corazón bombear cómo si fuera loco, me quite sus manos de encima, le dije al conductor «dame un segundo, si» luego dirigí mi vista hacia el idiota que me gusta y que me acelera el corazón como una demente y las cosas ofensivas que le iba a decir de pronto se esfumaron de mi mente, en cuanto contemplé su semblante preocupado y con algo más que no sé definir. —Espero no te haya molestado que te haya sostenido en el ascensor, te ibas a caer y no lo pensaba permitir... —hace un amago de tocarme y le doy un golpe en la mano, de pronto su expresión cambia a la de dolor y furia. Pues no me importa, él me hace sentir tantas cosas a la vez, que se merece que le pase lo mismo —. ¿Qué pasa? ¿Por qué no quieres que te toque? —No quiero que me toques, simplemente es eso y si no te importa me tengo que ir... —Esta vez vuelve a agarrarme, pero ahora de la cintura y me acerca a él, siento como sus labios se rozan con los míos y eso hace que sienta una electricidad por todo mi cuerpo, lo miro a los ojos y él a mí también —. ¡Suéltame ya, ahora mismo! —Y si no quiero y si quiero estar pegado a ti, no quiero soltarte, no ahora, sé que es estúpido que te haya tratado como te trate hace algunas horas, pero es que no lo puedo evitar, bajas todas mis defensas... —Me acaricia la mejilla y yo bajo la cara, no quiero mirarlo o acabaré besándolo, pero no, él me levanta de nuevo la cara y vuelve a rosar sus labios con los míos y ya no quiero despegarlo, ya no tengo fuerzas —. Tengo unas ganas inmensas de besarte, pero no puedo. —¿Por qué no puedes? —No debo, no puedo, eso es todo. —Pues si no puedes, no debes, entonces no quieres, y ahora suéltame. — me zarandeo en sus brazos y consigo soltarme y lo miro a la cara con la frente en alto —. Le recuerdo, señor, que solo debemos tener una relación profesional y nada más, ¿me pregunto si le dirá lo mismo a las chicas que usted conquista? —No, no le digo lo mismo, de hecho no les digo nada, solamente las miro y ya se les bajan las bragas... —me vuelve a coger de la cintura y me acerca hacia el cómo si me fuera besar, me mira directamente a los ojos y me quedo en shock con lo que dice y lo que hace el idiota —. Con usted es que me tomo las molestias señorita Rodríguez. Me agarra la cara con sus manos y me besa, en plena calle, donde lo podrían ver gente importante, me está besando a mí, a su secretaria, como dicen en mi país «No quepo de la emoción». Cuando besa mis labios, el enfado se convierte en un d***o extraño y momentáneo. Besa mis labios con su lengua de una manera brusca y fuerte. La mía se roza con la de él y siento que mi vientre va a estallar, nunca había sentido esa sensación y mírame aquí, mi jefe besándome los labios, esto podría ser cómico, pero para mí lo es todo, había deseado este beso y aquí lo tengo. Une su cuerpo con el mío pegándome a él con fuerza, siento un bulto muy prominente y endurecido clavándose en mi vientre. Tiene una erección «OH DIOS», no me lo puedo creer, se ha endurecido solo con besarme, solo con eso y sentirlo así me pone al cien, no puedo evitarlo. «Isabella, mente sana, piensa en ovejitas saltando la valla». Nunca nadie me había deseado, siempre he sido la niña rara, sin amigas en el cole, los niños me veían como piojos, no se querían acercar a mí por nada del mundo. Pero él me desea, provoco esto en él, provoco que él se endurezca y me bese con descontrol y con d***o. Él es a veces tan inexpresivo que supongo que esto es solo producto de mi imaginación. Rozo tímidamente mi lengua de nuevo con la de él y «joder, la sensación me supera, me gusta y mucho». Nuestras lenguas se envuelven, siento reflejos o algo así en mí entre pierna y me siento mojada «madre mía». Pero tuve que parar este momento, no puedo prolongarlo, él solo me utilizaría y me tiraría a la basura como un pañuelo, así que lo empujo y levanto mi mano para darle una bofetada por haberse atrevido a hacer algo que no debía, pero que disfrute. —No se te ocurra querer golpearme, cuando esto lo deseábamos los dos y si tanto no querías que te besara pudiste haberlo cortado desde que comencé a besarte, ¿cierto? — me levanta el mentón para que lo mire —. O dime lo contrario y jamás vuelvo a tocarte. ¡Nunca jamás! —No me separe de ti porque no quise, no te creas la gran cosa porque te haya dejado besarme, porque con este acto solo me demuestras una cosa, ¿sabes qué es? —. Le hago una seña con los dedos, para que me responda. —No. Dime tú, ¿Qué es? —Con esto solo me has demostrado, que solo me quieres para un polvo y no te daré la oportunidad de conseguirlo, no soy como otras, que con solo verte y tu sonreírle se bajan las bragas ¡No! —le digo señalándole con el dedo —. ¡Eso no sucederá conmigo, así que sácate eso de la cabeza idiota! —Te dije que no me volvieras a decirme idiota, ni ninguna palabra ofensiva, es que no me entiendes... — dice zarandeándome y volteándome para que lo mire, me apresa las dos manos y me mira —. No te quiero usar y no sé por qué piensas eso de mí, ni sé cómo te he dado a entender eso. Comienzo a llorar, lo que acaba de hacer me lastima. Mi padre le hacía lo mismo a mi madre justo cuando la iba a golpear, de la misma forma como él me estaba haciendo ahora mismo. Él me mira como si estuviera loca y me suelta de golpe, luego hace amago de abrazarme y le hago un stop con las manos. —¡Nunca en tu vida vuelvas a ponerme un dedo encima! ¡Me oíste! — le digo alzando más la voz de lo que debería, pero es que me siento muy mal —. Y si me disculpa, no quiero seguir compartiendo ni un segundo más con usted. Abro la puerta del taxi y la cierro de inmediato, le digo: «Que cierre la puerta correctamente, para que ese tipo no entre». El chofer lo hace y comienza a conducir y oigo el ruido que hace el capo de auto, así que miro hacia atrás y lo veo corriendo hacia mí, me volteo tan rápido que me dolió el cuello. Me hago dos preguntas a mí misma, ¿porque el comenzó a correr para alcanzar el taxi? Y ¿Por qué me sentí segura en sus brazos?, solo tengo la contestación de la segunda y es porque nunca ningún hombre me abrazo, siquiera mi padre él nunca estuvo para mí. Por lo tanto nunca me sentí protegida, pero juro por Dios, que me quería quedar en sus brazos, pero no podía, no esta vez, no iba a dejar que el hablara mal de mí y dijera que era una regalada, como dijo el chico con el cual tuve mi primera vez, hasta me grabo y no me di cuenta y le mostro ese video a la escuela entera, tuve que aguantar bochornos de p***a, ZORRA, FACIL Y CUALQUIERA. No permitiré que suceda lo mismo, en lo de tanto pensar el chofer me dice que a donde tiene que llevarme y veo que estoy cerca de mi casa así que le dije que me dejara en ese lugar le pague, me baje y comencé a caminar. Llegue a casa, llame a mi madre, pero al parecer no está en casa así que eso solo me da la idea de dormir y que ella no me atosigue con preguntas que no sé cómo rayos responder. Solo quiero dormir y que todo el mundo me deje en paz, comerme una tonelada de helado, chocolates y llorar en la soledad de mi cuarto sin que nadie me vea, ni me pregunte qué ¿Cómo estás? Pues ándale súper mal, ya que no puedo estar con el chico que quiero. Me voy a dar una ducha, me pongo mi pantalones de pijama y una blusa holgada, me tiro en mi cama como soldado caído en batalla, pero todo es muy bonito verdad, ya cogiendo el sueño, mi ventana comienza a hacer un ruido extraño y me espantó ya que estoy sola en mi casa ¿Quién podría estar afuera? Si yo soy súper antisocial, no tengo amigos ni nada por el estilo. Entro en pánico cuando la ventana se abre de tanto forcejeó, así que me mando a correr bajando las escaleras a la velocidad de los vampiros xd y me doy con una de las mesas de la sala en el dedito pequeño y comienzo a llamar a todos mis antepasados por ese bendito golpe. De pronto escucho una voz y de nuevo salgo corriendo. Cojo de la cocina un sartén como en «Rapunzel» y me quedo pegada de los gabinetes para ver quién es que está en la casa. Y me quedo paralizada al ver quién es. Mi día es ahora que comienza y va de mal en peor. Mi jefe, ese hijo de la fregada, es el que entro por mi ventana, casi matándome de un infarto, ¿pero es que le gusta joderme la vida? O ¿es que sigue empalmado? Y si es la segunda, pues se va a quedar así, porque yo no voy a ayudarlo, me niego, me rehusó. —Tengo ganas de matarte hijo de la chingada, casi me matas pensando que eras un asesino en serie como en scream, ¿sabes algo? — le digo señalándolo con la sartén y acercándome a él —. Tengo ganas de matarte «animal de cuatro patas», sal de mi casa inmediatamente antes de que te golpee. —No me iré, sin que antes acabemos lo que empezamos... Hola nenas, voten y comenten ❤️
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD