Narra Madeline. Es tarde. Salimos de su oficina pasadas las ocho, y ahora son cerca de las nueve y media. La encargada de Valeria me envió un mensaje mientras me follaban en la oficina de mi jefe para hacerme saber que mí hermana y los demás niños estaban bien. Llegamos a un edificio muy lujoso, cuando ingreso a su departamento me quedo impresionada de lo hermoso y elegante que es. Nunca me había imaginado estar en un lugar así. —¿Vino?—pregunta Allan. Volteo hacia él, veo que sostiene dos vasos y una botella. —Yo no bebo—respondo. —Un vaso no hará daño. Necesitas relajarte—dice. Tomo la bebida que me sirvió, pero no la bebo. No soy una bebedora de vino o alcohol y nunca lo seré. Toma el vaso y lo inclina hacia atrás. Lo veo tragar—.Te traeré agua—agrega. Froto mis manos por mi falda