Sobre la mesa estoy amarrada como si fuera un enorme pavo. Expuesta totalmente, desnuda, untada con una sustancia resbalosa que huele a chocolate por todo el cuerpo. Obviamente estoy atada de pies y manos sobre una tela que simula un plato. "hhhuummm...tan deliciosa..." Estoy comenzando a sospechar que a este chico le dicen el chef no porque a eso se dedique. Primero me puso fruta en mi vientre, fruta que devoró de forma sensual y provocativa. Después me puso una especie de gelatina en mi entrepierna cerrada y la devoró por completo volviéndome loca porque no pude acariciarlo. Cariño me ató las manos a la mesa. Y yo ansié que lo hiciera. Al reves que con Rey, esperaba que Cariño me hiciera un poco de daño. Quería que fuera rudo cuando me penetrara. Quería que fuera duro al golpe