Aquella noche mágica había llegado, y con ella vendría ese tan deseado milagro que todos necesitaban. La Navidad no existía para los musulmanes, pero para Sabrina se convirtió en una fecha perfecta para soñar, para alimentar sus esperanzas. Era el mejor día del año, para recordar lo que era el amor y sentirse afortunada de haberlo encontrado. Bajo el árbol había algunos regalos que Nayla había recibido por parte de trabajadores de Organizaciones dedicadas a ayudar a mujeres desprotegidas y en situación vulnerable, como era su caso. También habían algunos obsequios de agentes que se habían encariñado con su familia en el tiempo que llevaban bajo protección. Pero todos esos regalos seguían envueltos, en el mismo sitio. -Es muy tarde cariño, es hora de ir a la cama. Mañana será un nuevo dí