Estaba leyendo la carta cuando la pareja de mi tío abrió la boca y no fue para mí mamá o para el. Fue hacia mi.
- Max me ha hablado mucho de ti -la voltee a ver sobre la carta.
- no ¿en serio? -dije sarcásticamente- porque el nunca nos menciono nada sobre ti.
La mujer se removió en su asiento incomoda. Mi madre me dio un codazo disimuladamente y yo le di una sonrisa.
- perdón. No lo dije correctamente. No sabíamos de tu existencia -volvi a bajar la vista hacia el menú. Nadie volvió a decir nada y agradezco que mi madre haya acaparado la atención de ella. Cuando el mesero llegó y tomo la orden me dio una mirada que entendí a la perfección. Es guapo y atractivo.
Lo seguí con la mirada y cuando estuvo apunto de entrar a la cocina me tiro una mirada. Su cabello n***o y corto estaba bien peinado hacia atrás, las mangas de su camisa estaban dobladas cuidadosamente dejando un hermoso tatuaje de un león en su brazo y su sonrisa. No se que puedo decir de su sonrisa, es simplemente hermosa.
Sentí una patada en mi pierna y cuando miré enfrente de mi, mi tío me estaba asesinando con los ojos, se me olvidó decir una cosa muy importante, estaba sentado justo enfrente de mi.
- ¿algún problema? - ladee la cabeza hacia un lado mientras recargaba mis brazos en la mesa y ponía mis tetas encima de mis brazos. Sus ojos falsearon un poco viendo hacia mi escote pero después regreso la vista hacia mis ojos.
- deja de estar haciendo tus miradas con los camareros.
- no lo hago con todos. Ese es guapo.
El negó con la cabeza varias veces pero no dijo nada más y eso lo agradeci eternamente. Ellos tres estaban en su rollo y yo solo veía a ese hermoso camarero que cada vez que tenia la oportunidad me miraba. Entrecerré los ojos cuando lo vi salir hacia el patio del restaurante donde hay unas mesas pero está muy poco concurrido. Me tiro una mirada y con un gesto en la cabeza me indico en que lo siga.
No tarde mucho en decidirlo así que me levanté y me excuse en ir al baño. Salí por la misma puerta y a un lado estaba ese moreno de cabello n***o. Me acerqué a el con paso segura y cuando estuve enfrente el se volteo y me dio una de sus sonrisas.
- no pensé que una bella dama vendría aquí
- no hay que perder la oportunidad de conocer a un chico guapo.
El mesero soltó una risita y se acerco más a mí. Paso sus dedos por mi mejilla haciendo a un lado mi flequillo. Y cuando menos lo espere me jalo del cuello y estampó su boca en la mia. Era más alto que yo, no importaban los tacones que tenía puestos, aún era más baja que el, sus manos me apretaron de la cintura y me pegaron a su fuerte cuerpo.
Le rodee el cuello con los brazos y profundice el beso, el retrocedió unos pasos hasta que sentí la madera de una de las mesas abajo de mis nalgas, me acomode y me senté con las piernas abiertas y el entre ellas. Su mano derecha se deslizó desde mi abdomen hasta mi cuello y ejerció un poco de fuerza que me arrebato un gemido. Pase mis manos por su cabello despeinandolo.
- bendito sea el hombre que te tenga.
- por el momento no hay ninguno... -dije entre susurros. No podía más con la excitación y el pareció entenderlo. Bajo la mano que tenía en mi cuello hasta mi muslo buscando la abertura que tenía.
Abrí más las piernas cuando sentí como sus dedos presionaron ligeramente mi clítoris, mi espalda se arqueo y sus besos descendieron hasta el escote de mi vestido. Con su mano libre me quito uno de los tirantes y lo jalo hacia abajo para tener libre mi teta.
Lo metió en su boca y yo gemí fuerte. Movi mis caderas tratando de sentir más el contacto de sus dedos que ahora estaban adentro de mi braga esparciendo mi líquido.
- ¡tu maldito! - abrí los ojos de golpe y vi a mi tío jalando del cuello al moreno. Le dio un puñetazo lo que hizo que el mesero diera unos pasos hacia atrás.
- me dijiste que no tenías a nadie- me miró con asco.
- Es mi tio. -su mirada se suavizó y se giro hacia mi tío- una disculpa señor... no fue profesional de mi parte.
- lárgate antes de que llave a tu gerente y haga que te despidan.
El mesero se fue casi corriendo pero antes de de entrar al restaurante me dio una última mirada.
Mi tío se acercó a donde yo seguía sentada. Sus ojos bajaron a mi pecho que estaba al descubierto y a mi vestido que estaba arrugado y fuera de lugar.
- ¿quieres ponerte bien esa porquería?
Me acomode el vestido y me baje de la mesa, estaba dispuesta a irme de ahi, pero Max me jalo de la mano y me regreso a la mesa. Me sostuvo el cuello con la mano derecha y con la izquierda me agarró de la cintura acercándome a él.
- deja de hacer pendejadas Sofía. te puede pasar algo.
- lo que haga y me pase no te importa y suéltame.
- te soltaré hasta que entiendas que está mal lo que haces. ¿acaso ya tuviste sexo? -negue ligeramente- ¿te vas a meter con el primer hombre que veas? debes conocerlo y darle tu virginidad a alguien que ames, a alguien que sabes que no te va a fallar.
- no existen hombres así. Todos están atrás de una sola cosa. Un hueco que puedan usar y cuando se cansen buscar otro.
Nego varias veces y pego su frente a la mia. Está era una costumbre que teníamos desde que era pequeña, cuando peleábamos se ponía así, en ese momento me parecía algo infantil pero ahora es algo un poco más íntimo. Sus labios estaban entreabiertos y el primer botón de su camisa estaba desabrochada. Abrió los ojos y me vio fijamente primero a los ojos y después bajo a mi boca. Sentí la necesidad de humedecerlos pero sabía que no debía pero aún así lo hice.
Sus ojos se pusieron más oscuro y el agarre en mi cuello se hizo más fuerte. Se lamió los labios justo como yo hice.
- Eres mi sobrina... -dijo eso mas para si mismo que para mi.
- tío... -su cara se ladeo un poco y dejó caer su frente en mi hombro. La mano en mi cuello descendió hasta mi cintura acercándome más a el. La piel expuesta de mis senos tocó su barbilla y lo sentí tomar aire.
- lo siento...
Subio su mano una vez más hasta un mechón de cabello que estaba en mi hombro y lo tiro atrás de mi espalda. Acaricio mi brazo con sus nudillos y sus labios depositaron un beso en mi hombro y después más arriba en mi cuello hasta que llegó a mi oreja. Me quise alejar, no entendía que estaba haciendo pero mi cuerpo no me hacía caso, quería empujarlo pero mi cuerpo se acercaba más a él. Con la mano que seguía en mi cintura abrió ligeramente mis piernas hasta acomodarse entre ellas. No sé puso como el mesero que dejó un espacio, el me jalo de la cintura y me pegó a su cuerpo, mi pelvis choco donde está su m*****o y lo escuche soltar un gemido.
- tío... - lo llame tratando de que tomara la conciencia de con quién estaba y se detuviera pero la manera en como salió mi voz... parecía que no quisiera que se detuviera.
- Detenme... no tengo control... no cuando estoy muerto en celos