Esteban
Estaba enojado, sentía como mi sangre hervía y los oídos me pitan, no me había controlado y por lo general yo siempre me controlaba, jamás era violento y mucho menos me ponía a la altura de los borrachos en un bar.
Pero ella y los pequeños me sacaban de mi eje.
Había quedado fascinado cuando lo escuché cantar, sobre todo después de que Marcelo me dijera que prestara atención a eso, porque iba a ser grande, y no se equivocaba, lo fue, su voz era alucinante y ni siquiera sabía que lo hacía, no me la imaginé cantando algo.
Tampoco siendo abogada.
Definitivamente ella era una caja de sorpresas, una grandiosa caja llena de cosas que me moría por averiguar, nunca había sentido tanta curiosidad por una persona como hasta ahora, como con ella.
Quería saber todo cada parte de lo que g
