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–¿Qué es lo que quieres? –apenas alcanzó a balbucear tragando saliva en seco muy nerviosa. –¿Qué es lo que yo quiero? –preguntó el muchacho acercándose un poco más a ella, al verlo ella intenta retroceder, pero su espalda ya está pegada a la pared. –fuiste tú que me golpeó esta vez. –sonríe con malicia mirando a Ana, recorre visualmente todo su rostro a detalle. –No te no te atrevas, no me vas... no... –balbuceo demasiado nerviosa. Es desconcertante la manera en la que éste muchacho conseguía ponerla nerviosa. –¿Sabes lo alto que estás, niñita? –masculló casi como un gruñido, lo que hizo que su piel se erize. –Yo, yo no quise..., yo no, no fue..., yo no..., lo siento. –divago demasiado nervioso y asustada al ver realmente lo alto que estaba. No sabía a dónde mirar, de hecho ni siquier