When you visit our website, if you give your consent, we will use cookies to allow us to collect data for aggregated statistics to improve our service and remember your choice for future visits. Cookie Policy & Privacy Policy
Dear Reader, we use the permissions associated with cookies to keep our website running smoothly and to provide you with personalized content that better meets your needs and ensure the best reading experience. At any time, you can change your permissions for the cookie settings below.
If you would like to learn more about our Cookie, you can click on Privacy Policy.
Ana pudo sentir, de pie, pegada a la puerta de la salón de profesores cómo su corazón latía dentro de su cabeza, su sangre bombeando tan rápido que sus manos se sentían adormecidas, su boca se secó muy rápido casi llegando a deshidratar sus labios, sus dientes tiritando como si estuviera pasando la peor de las congeladas pese a estar en un lugar que hacía esto imposible, no entendía que había pasado, sí sabía que él la había lastimado y ella se había defendido, pero no entendía todo esto que sentía que no la permitía entrar y abrir esa puerta aún sabiendo que del otro lado estarían sus padres dispuestos a ayudar. Ella no sabía si quería ayuda para salir corriendo del lugar, ya era muy tarde así que, ¿a dónde iría? acababa de ver como un muchacho que casi le doblaba el tamaño había sido es