15. El frío contacto
Juan Luis
—¡Hijo! ¿Dónde has estado? Me tenía preocupada que no llegaras, recuerda que aún no estás bien y puedes caerte de un mareo. –Llego a casa de mi madre. Todo lo que tenía planeado decirle mientras venía en camino, solo se queda en mi pensamiento. No es el momento de pedirle cuentas por lo que dicen Amy y mis hijos. Tal vez por el calor de la situación actual, ellos están exagerando un poco. A pesar de que soy consciente que nunca ha tolerado a Amelia, mis hijos son otra cosa. Se supone que son sus nietos ¿no?
—Hola mamá, no te preocupes, estoy bien. Solo ligeramente mareado, pero olvidé mis pastillas y regresé a casa. Llevé a los niños a comer y luego fui a casa de Katty. –No puedo dejar de notar que cuando le hablo de mis hijos hace mala cara. Ta
