19. Mi dolor de cabeza Franco Estoy en mi oficina leyendo algunos casos, cuando tocan a la puerta. Levanto la vista al observar que mi secretaria ingresa. —Licenciado, lo busca la señora Dorantes. –frunzo un poco el ceño. Mi madrina no me avisó que venía. Me levanto para acicalar mi traje, después de todo, ella es una reconocida diseñadora y lo más probable es que se fije en mi ropa. —Dile que pase. –Ella se retira y yo me quedo de pie, esperando por esa mujer que tanto quiero. —Franquito, hijo. Gracias por recibirme. Pero quería saber qué te pareció Amelia. –Mi madrina siempre ha estado en mi vida y sé que me trata como el hijo que no tuvo, al igual que yo la veo como una segunda madre. —Me pareció ¿en qué sentido? –creo que hay algo detrás de su frase. — Pues pen