—Aceptó Derek. Quiero ser la madre de tu hijo—advierte Leah con firmeza. —¿Hablas en serio Leah? —se sorprende Derek, con su enfática respuesta. —Muy en serio. —No quiero, que lo hagas por obligación. —No para nada. Derek, así como me juraste, no dejarme y hacerme feliz de una manera distinta. Yo quiero aceptar aquí, en este hermoso lugar ser la madre sustituta de tu heredero. —Mi heredero suena maravilloso. Nuestro heredero, un pequeño Derek o una pequeña Leah—se emociona Derek de inmediato. —Sí, sería maravilloso. —Leah prométeme una cosa, este será nuestro secreto por ahora. —Está bien así será. Nadie sabrá de nuestros planes. —Prometo no afectar tu castidad, me asegurare por todos los medios, que no manipulen tu pureza. —Entonces seguiré siendo, la Esposa Virgen del Paralít