Al día siguiente… Fin de semana en Seattle. Llega desde Oregón, el padre Matthew para visitar, a los que considera su familia, ya los extrañaba a todos: —Bueno, Tina gracias por la comida, como siempre todo estuvo delicioso—agradece el padre por el suculento platillo, que Tina le sirvió. Rápidamente ingresa Leah a la mansión, junto con Derek después de dar un paseo sabatino. —Vaya qué sorpresa padre—corre Leah a sus brazos. —¿Bendición padrino cómo está? —Muy bien hijos y, ¿de dónde vienen? —De hacer ejercicios padrino. Aunque esté en esta silla, al menos observo el parque y sus alrededores respirando aire puro—señala Derek con una gran sonrisa. —Mi buen Derek siempre tan optimista. —Yo los dejo, voy a darme un baño—menciona Derek. —¿Quieres te ayude? —se ofrece Leah. —Tranqui