Marcela Estoy acostada sobre mi cama, sosteniendo mi celular sobre mi pecho, esperando a que Vicenzo me escriba. Parezco una estúpida quinceañera que espera un mensaje de su amado. No sé por qué Vicenzo causa este efecto en mí. No es que él sea algo del otro mundo. O bueno..., tal vez sí lo es. Yo no debería siquiera estar esperando que él me envíe un mensaje. Su familia materna está aquí, así que en lo que menos pensará Vicenzo será en enviarme un mensaje. Mi celular suena, anunciándome que he recibido un mensaje en Whats, y mi corazón brinca al ver que es de Vicenzo. Sí. Definitivamente este hombre me pone estúpida. Hola, principessa. Ya recogí a mi familia. Los llevaré al hotel y almorzaré con ellos. Me gustaría que mañana te nos unieras al plan. Queremos ir a La Mesa de