ALFA MATTHEW
Están que me llevan los mil demonios y no es solo por ratificar cuanta atención masculina recibe Cassandra mientras atraviesa el salón, sino porque le prometí que nada malo le pasaría mientras estuviera en mi territorio y aquí bajo mi propio techo, alguien la lastimó.
No creí que aquel hombre se atreviera a tanto, pensé que lo mínimo que podía esperar de él como padre, era garantizar su bienestar físico, pero esa marca rosa en su rostro me confirma que no. Si mi mirada pudiera atravesar su petulante cabeza, definitivamente ya no la tendría, pero tocarlo supone un conflicto político que aún no puedo afrontar.
Ella huye de mi mirada y siento como mi alma se estruja, no sé que hizo en mí, pero desde el momento en que nuestra piel hizo contacto, las ansias de estar con ella
