NADIR
No hay forma en que todo hubiera salido mejor. El llamado de emergencia de Catalina me hace suponer lo peor, pero me encuentro con la sorpresa de que me está entregando a la bruja en bandeja de plata y solo debí tomarla y salir con las dos de la misma forma en que entré.
He dejado a la bruja encerrada y procedo a llevar a una Catalina con cara de enojada a la casa.
—No me dijiste que era linda.
Su reclamo me cae en gracia, pues no fue sino hasta hoy que la tuve en mis brazos, que me di cuenta de que la bruja es linda, pero eso no es lo que la hace especial a mis ojos.
—No me interesa de esa forma esa —digo tomándola de la cintura y atrayéndola a mi cuerpo.
Su mirada sigue enojada y eso es nuevo para mí, pues normalmente el temperamento fuerte es el de su loba.
—No te creo, a
