LÍDER GABRIEL Paso mis manos por su largo cabello y la sensación es tal y como la imaginaba, se siente suave y huele maravillosamente, tal y como en mi mente huele una mujer. —Cassandra, descansa —le digo mientras nos separamos —tienes que descansar adecuadamente y aunque me encantaría poder abrazarte mucho más, tienes que recuperar energía. —Lo siento, te estoy poniendo más problemas encima, sin tener en cuenta que también debes estar agotado —baja su cabeza con pena y la mano aún temblorosa —te acompaño a la puerta. —Claro que no, te dije que velaría tu sueño, acuéstate, yo descansaré en ese mueble —señalo las sillas en las que tomamos el té un rato atrás —prometo ser un caballero. Me regala una sonrisa de alivio y nerviosismo, pero acepta mi propuesta y se acuesta. Con eso sé qu