NADIR Catalina se está entregando a mí y es la primera vez que no necesito escuchar gritos de dolor, ni el olor a sangre para que mi cuerpo reaccione. Ese cosquilleo funciona, aunque no creo que sea solo eso, no quiero atribuirle todo al famoso vínculo de pareja, pues siempre me gustaron las mujeres menudas, bien proporcionadas y de cabello oscuro como el de Catalina. Ella está siendo cuidadosa, sé que se está conteniendo por mi herida, pero yo ya estoy impaciente por aumentar la intensidad y hacerle más, mucho más y la pócima de curación que tomé mientras ella fue el té, ha empezado a surtir efecto. así que su sorpresa fue mucha cuando tomé el control de la situación. La acomodé en aquel sofá exponiendo su redondo y firme trasero y sus piernas separadas me mostraron su linda y jugo