Viernes

1148 Words
El día de hoy es 26 de Febrero por la mañana, este día viernes amaneció con una excelente temperatura y un gran sol resplandeciente, cosa que le encantaba a Frank, ya que amaba verlo desde su ventana, a pesar de que se había llenado un poco de inconvenientes, debido a que en primer lugar llego a ser cancelada la clase de actuación por problemas generales, en segundo lugar se encontraba totalmente solo ya que su madre había salido para apoyar y ayudar a su novio en sus asuntos, y finalmente en tercer lugar, la Dr. Montemayor también había pospuesto todas las citas que tenía, ya que se tomaría unas pequeñas vacaciones hasta inicios de marzo. En fin, Frank comenzaba a impacientarse aquella mañana, no sabía que hacer, no quería estar pasando el tiempo de manera aburrida, así que se le ocurre entrar en su computadora a f******k, para ver que noticias había nuevas, revisa toda esta red social mientras disfruta d un dulce capuchino mañanero, junto con dos rebanadas de pan tostado con mantequilla. El tiempo comenzaba a irse volando, aunque parecía ser eterno para él, hasta que se percata que alguien de su interés estaba en línea, esta era Catalina, quien había sido agregada a sus amigos desde el día de la fiesta, de esta manera observa su hermosa foto de perfil con admiración y se atreve a enviarle un mensaje el cual decía: - Hola, buenos días Catalina, espero que estés muy bien... me encanto conocerte el sábado pasado y me preguntaba si te gustaría hablar un poco más conmigo. El mensaje fue enviado a las 09:34 y al cabo de un minuto eterno para Frank, ella contestaba y seguían una conversación amistosa, la cual se situaba de esta manera: - Hola Frank, que gusto saber de ti... claro, me encantaría que habláramos un poco más... ¿Te refieres a una llamada telefónica? - No Catalina, me refiero a hablar en persona, además de que no tengo teléfono celular... - Pues me parece bien, ¿Salimos hoy? - Por su puesto Catalina, yo estaré disponible a la hora que tú me digas-Le mandaba el mensaje Frank de manera gustosa, mientras veía con emoción su monitor- - Que atento, pues te propongo salir hoy a las 02:00 pm, para poder ir a comer y hablar un poco - Perfecto, aunque mi madre no se encuentra aquí, y no sé quién me pueda llevar... - Yo puedo pasar por ti, ya conozco el lugar en donde viven. - Gracias Catalina, aquí te espero a las 02 en punto. - Si Frank, allí estaré y te llevare a un gran lugar, estoy encantada de este plan. - Yo igual Catalina. - Bueno, nos vemos luego, Adiós Frank. Así terminaba su pequeña conversación online, la cual había surgido perfectamente, además de que Frank, estaba tan feliz de haber sido lo suficientemente valiente como para atreverse a hablarle a su nueva amiga, a la cual comenzaba a apreciar a pesar de conocerla tan solo unos cuantos días. Mientras que, por otra parte, Catalina se sentía totalmente enternecida por lo lindo que era el, ya que estaba consciente de que padecía Frank de sus facultades mentales, pero esto no sería un obstáculo para convertirse en su amiga, debido a que en parte le causaba ternura, pero a la vez, un poquito de lastima, ya que conocía un poco de su historia con anterioridad. Aquella mañana Frank estaba irradiando felicidad, tanto así que comienza a arreglarse desde las 10:30 am hora en la cual ingresa a la ducha y se tarda toda una hora, aseándose de manera perfecta para así oler bien en su cita de amigos; al terminar comienza a vestirse con unos pantalones en color n***o, una camisa en color gris claro, de botones y manga larga, junto con sus zapatos favoritos de charol en n***o, un reloj en color oro, una cadena con una cruz en oro, junto con su cartera de cuerno en marrón. Su rostro había sido bien lavado, hasta le pidió a Mary que le pusiera unas mascarillas de las que usaba, para que su piel se viera limpia y sana. Mary era una de las empleadas domésticas del hogar, tenía 49 años de edad, era de estatura baja, piel blanca, bello largo, pero siempre recogido en una coleta, junto con un cuerpo robusto y poco atractiva; Pero tenía un gran amor tipo maternal hacia Frank, ya que lo crio desde que llegaron a Ciudad de México, ella siempre había estado para él, había sido como su nana, la cual lo amaba, apreciaba y estimaba demasiado, esta era la razón por la cual estos dos se tenían una gran confianza. En fin, Frank para las 01:00 pm, ya se encontraba perfectamente vestido, su rostro limpio y su largo cabello rizado, lo llevaba con una crema de peinar, que le facilitaba, para que su cabello se hiciera aún más rizado, brilloso y hermoso. De esta manera, él se observa al espejo con gusto mientras que le pregunta a Mary: - ¿Cómo me veo Nany? ¿Crees que estoy bien? - Claro Franky, estas muy guapi, estoy segura de que todas morirían por ti al verte... - Gracias Nany pero no exageres jaja, ¿Todavía no llega mama? - No, la señora Blanchett aun no llega, ¿Se te ofrecía algo? - Nada importante, solo quería que supiera que iba yo a salir...-Dice un poco desanimado Frank- - No te desanimes, sé que tu madre no está mucho en casa, pero estoy segura de que estaría feliz al verte...-Dice de manera amorosa Mary - Lo se Nany, aunque nunca está en mis momentos más importantes... siempre he querido que me vea haciendo mis primeras cosas, como el ir a clases, el salir con alguien, u otras acciones más, en fin... me gustaría pedirte que le llames, que le avises que saldré con mi nueva amiga Catalina y que no sé a qué hora llegue. - Entendido, yo le llamo ahorita, tu cuídate mucho y se feliz, disfruta esta tarde de viernes...-Dice con una gran sonrisa Mary- - Claro, mil gracias, estaré abajo esperando, ya que no falta tanto para que sean las 02 de la tarde y estoy totalmente ansioso... - Está bien hijito, cuídate y adiós. Frank bajaba a su patio delantero, para allí esperar en una banca a su tan importante amiga Catalina, mientras que la señora Mary, llamaba por teléfono a Meredith, a la cual se le aviso sobre lo que haría Frank, quien estuvo de acuerdo, pero a la vez se le reprendió, ya que Mary estaba muy molesta con ella al estar ausente en los momentos importantes de su hijo; Meredith simplemente se sintió culpable pero tenía como excusa su trabajo y problemas laborales, así que no le quedo más que desearle suerte a su hijo y pedir un pequeño perdón aquel día.
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