"Entre palacios"

LA GUERRA DEL PASADO

Tras decirle lo que había pasado entre los pueblos, la princesa Sandra, no sabía que decir, así que solo decidió esperar a su esposo.

Mientras el rey Miguel y el principe Julio estaba tratando de resolver el asunto, el mayordomo apresuraba a los sirvientes para mantener informado a su excelencia de la situación en e pueblo.

El líder de los bárbaros, ya estaba muy viejo y mando a su representación a su hijo, haciéndole saber que el rey Miguel tenía una esposa, y que por venganza tenía que raptarla, casarse con ella y arrebatarle el trono al rey, para así cumplir con su cometido.

El hijo del líder bárbaro era un hombre alto, parecido y muy bien entrenado, por lo que se le hacía fácil pelear y cumplir con su mandato. Quería saber que tan hermosa era la princesa Sandra, ya que todo el pueblo hablaba de ella y decían que tenía un alma caritativa y un corazón hermoso, puesto que su belleza no le había amargado el cariño hacia el pueblo.

Pero detrás de eso, el tenía otro propósito para cuando se convirtiera en el nuevo rey, pondría nuevas reglas y haría que pagarán más impuestos, estaba esperando para hacer sufrir a aquella princesa y convertirla en la penitencia del rey Miguel.

El hijo de los bárbaros llamado Mario, decidió con su ejército entrar en la noche, pero para no ser detectados entrarían por las catacumbas que estaban a un costado del palacio.

Mientras la princesa Sandra intentaba calmar sus nervios, pidió a los sirvientes que la dejaran sola en el cuarto que habian acomodado para ella, para asi poder descansar.

Cuando intento dormir, escucho ruidos extraños, y rapidamente se levanto, pegó la oreja en la pared, y empezo a escuchar susurros, se alertó, pero no dijo nada.

Entonces se dio cuenta de que la guerra que se aproximaba era grande y que a lo mejor ella sufriria las consecuencias, así que se sentó en la cama y simplemente se quedo quieta, intentando escuchar algo mas.

Mario les hablo a sus guerreros y les dijo en voz baja, que siguieran derecho hasta llegar a una rejilla, que lo esperaran y el llegaría del otro lado para abrirles y poder entrar del todo