Sandra.
La vida nos pone en cada circunstancia que no sabemos con total cereza cómo reaccionar a ellas en un momento determinado donde nos dejan sin reconocer bien la manera en la que actuaremos.
Relamo mis labios, repiqueteando mis uñas encima de la mesa, echándole leves a ojeadas al vacío espacio con la mesa circular con manteles estampados, luces atenuantes, un florero en el centro de la mesa justo a la botella de champagne que no tarda en abrir rociándola sobre las copas con una elegancia que me hace sonreír.
—¿Está tratando de emborracharme señor Malloy? —cuestionó juguetona.
Relame sus labios con malicia, mientras degusto el delicioso sabor algo dulce con su toque especial que me invita a imaginar millones de escenarios aptos solo para adultos.
—Prefiero mantenerte sobria p
