Maratón 2/2
Sandra.
No puedo creer nada de lo que está pasando.
Pase de no tener un hermano mayor… A tenerlo en unos diez minutos supongo.
Incomprendo mucho de lo que está pasando, al menos la mitad de lo que ellos continúan diciendo, mientras con mi estómago un poco cerrado me fuerzo a devorar el pan con tortilla que mi estómago parece digerir muy bien.
«¿Mi hermano?»
Las palabras se repiten como el constante sonido del reloj en mi cabeza, llevándome a que pose mis manos en mis cabellos, tratando de ver las pistas que hasta ciertos momentos debieron estar ahí, pero que a las que jamás les creo haber prestado atención. Un nudo un poco extraño se queda atascado en mi garganta, imposibilitando lo que antes desconocía y ahora de alguna forma aborrezco.
«A ver Sandra, centrémonos»
