Una canción de cuna entra en mi sueño, Escucho la voz dulce de mi China que me despierta sonriente al estar dando biberón a su pequeña copia de ojos verdes.
_ Hola! Cómo están mis princesas?
_ Estoy hambrienta
Sonrío tan hermosa como un atardecer
_Voy a pedir servicio al cuarto Quieres algo especial?
Toque sus labios mirandola con benevolencia. No sabía cómo retenerla conmigo.
_ algo de frutas. Me gustaría salir a comer fuera, conocer un poco Claro, si tú quieres
_ Saldremos y comeremos fuera, pediré las frutas
Salí de la cama relajado, ella había amanecido tranquila, podría decir que estaba feliz al verme despertar, pero ya para mí nada es seguro, más que todo aquel que se le acerca. Es un posible rival y no debo permitir que ella me olvide. Tiene que sentir que es mía, así no quiera ser lo
_ Mira qué hermoso! Me encantaría traer los chicos quedarían fascinados
Escucho la emoción envuelta en nostalgia de mi China al ver la belleza de la ciudad. Al salir con ella de la mano pude ver al vecino observándonos desde un café.
_ Volveremos con ellos cuando quieras, Mari. Déjame amarte, no me castigues más.
Supliqué con mi hija en brazos, luchando por arrebatarse el sombrero que luce al igual que su madre, bajo un vestido estampado. La observaba y moría de pensar que en cualquier momento le daría una oportunidad a otro hombre. Nadie la amaría como yo, pero quiso evadir lo dicho.
_ Zuriel: No quiero hablar de eso ahora, tengo muchas cosas en la cabeza, la presentaciones, tengo mucho trabajo
Respondió un poco incómoda, quizás
_ Nunca quieres hablarlo? No sé qué hacemos, si estás jugando conmigo o como coño llamar a esta mierda.
Estoy a punto de tirar la toalla, no la deseo a medias, quiero estar seguro que es mía, que me ama. Pero cómo dejar algo? Qué crees necesitar para vivir?
_ No hables así frente a Zafiro, Mejor disfrutemos estos días. Sí, quita esa cara
Propuso sin ánimo de pelea, decidí volver a dar mi brazo a torcer. Seguimos el paseo, en varias ocasiones la tomé de la mano, fui bien recibido. Terminamos con algo de turismo para regresar corriendo. Se a iría un evento, no podía decir nada, a eso había venido, era su trabajo y tenía que aceptarlo.
Después de mis días tranquilos con Zafiro y trabajo ardido de Marian, regresamos a Caracas. Con eso a mis labores y después de muchas discusiones llegó la niñera. Ella quiere trabajar a tiempo completo y yo vivo molesto.
_ Hola buenas tardes Qué servicio desea
_ Espero a Marian
Respondo a la chica, pienso es nueva en el Spa
_ Cariño, va a tardar muchísimo
contesta sonriente. Observó a Marián, que me mira de reojo.
_ Entonces Dame algo de tomar, porque esperaré
_ Eres un chico persistente, como quieras
Salió la mujer en busca de algo que ofrecer, mis ojos buscan los de ella que me observan con odio. Sonreí para mis adentros a un me cela podía percibir su molestia, pero no expresaba nada más que sarcasmo a la hora de preguntar.
_ Qué te pareció la nueva estilista
al estar en su apartamento, en el cuarto arreglado para mis visitas de padre y noches de placer, para después volver a la soledad del mío por no poder ser perdonado.
_ Quién. No sé de qué me estás hablando
Me hice el desentendido para ver dónde quería llegar
_ Qué extraño que no sepas porque temí que uno de los dos perdiera la dentadura al sonreírse
Exagero la loca, pensé, pero no podía decirlo, así que lo disfracé
_ No pensé que estuvieras pendiente de eso
Comenté al colocar a Zafiro sobre la cuna para deshacerme de mi saco, con ganas de hacerla mía.
_ Cómo no verlo? Todas lo vieron
cruzó los brazos
_ No es mi culpa, solo fui por ti como lo pediste
Le recordé su llamada de auxilio. Marlene le había dejado sin auto y full de trabajo. La noche en la ciudad no es segura.
_ Sí, pero no para que vayas a coquetear con las trabajadoras
Agregó algo molesta por lo que no había causado
_ Yo no me acerqué a ella. Diles que soy tu hombre y me respetarán
contesté para que supiera que me consideraba de su propiedad
_ Para qué? Para que te rías de mí al revolcarte con Julieta o con mis empleadas? No, gracias.
escupió con ironía
_ Sabes qué? Esta noche no, por favor. Estoy cansado
Tomé mi saco
_ A dónde vas
Preguntó sorprendida
_ Me voy, estoy agotado y tú deseas guerra no puedo hoy de verdad
Salí sin decir nada más al abrir la puerta el vecino llegando a su casa a punto de abrir el cerrojo con su cabello rizado. perfecto, lo detesto a pesar que sus manos trajeron mi hija a este mundo.
_ Buenas noches señor Ladera
Tiende la mano el doctor
_ Buenas noches Samper
Salude por su apellido de igual manera Está más que claro que no somos amigos
_ Podría preguntar si las hermanas están en casa
_ Por ahora solo está mi mujer porque necesita algo
Pregunté al apretar su mano, él respondió con firmeza:
_ Ustedes tienen diferentes maneras de llamarse. Usted dice mi mujer, y ella se refiere a usted como el padre de Zafiro.
Quise estamparlo en la pared, pero respondí en modo de advertencia
_ Si te atraviesas en mi camino te arrepentirás
_ Estaré preparado
Respondió al ascensor traer a Marlene a la escena
_ Hola chicos, En qué andan?
Preguntó sorprendida
_ Nada Solo saludo al doctor
_ Sí, nos encontramos por casualidad
Respondió: El imbécil que acaba de declararme la guerra
_ Entiendo. Y tú, Zuriel, llegas o te vas
Preguntó, Sonrió al escucharme responder
_ Voy llegando
Entonces sígueme, traigo un hambre terrible. Chao Jerry
_ Adiós
Se despide con la boca entre abierta, esas palabras me las cobraría. entre directo a la habitación de María. Está en la ducha, abro la puerta sin tocar su cuerpo bañado entre espuma del champú que enjuaga de su cabello.
_ Te gusta Jerry? Quieres que te toque
Pregunté al apretar su cabello en un puño. El agua moja Mi traje, pero el enojo que provocan mis celos ciegos hacen que me importe poco.
_ Zuriel: Qué haces? Suéltame!
Dijo el sobresaltarse. No había sentido mi presencia
_ Responde: Maldita mujer, quieres estar con otro hombre?
Besé su cuello para girar su cuerpo y poseer sus labios
_ No quiero estar con nadie, ni siquiera contigo
Respondió rompiendo algo dentro de mí, pero no podía creerle. Toqué lo que considero mío y gimió
_ No te creo, tu cuerpo dice lo contrario
La volteé y levanté, llena de champú, la lanza en la cama para deshacerme de Mi traje mojado. Me espero paciente, con las piernas entreabiertas, con los ojos brotando fuego.
Trepé la cama su cuerpo, dejando regueros de besos en su piel, su fruto jugoso, hasta arrancar gritos provenientes de imparables rocíos. Al estar dentro de ella baile la canción del amor y por primera vez en casi un año escuche sus lamentos bajo mis besos.
_ Porque me hiciste daño Zuriel Odio no poder perdonarte
Su pecho tembló bajo el mío y escuchando sollozos, pedí perdón una vez más.
_ Mami, por favor perdóname, no puedo seguir sin ti, no duermo, no puedo comer sin desear tu perdón. Tú amor Marían, te lo pido
Lloré sobre ella Cuál niño. Ya no podía más, necesitaba que me diera alguna esperanza para poder salir a flote del río de problemas donde estaba hundido. Las inseguridades se habían alojado en mi vida y no sabía cómo manejar su estadía.
_ Lo intentaré, pero no prometo nada
Al escuchar su pequeña rendición, pregunté
_ Mi China, tú me amas, dímelo, porque yo muero por ti, por ella
Señalé donde duerme nuestro lazo irrompible, respondió:
_ Sí, pero tengo rencores guardados que me obligan a no querer vivir junto a ti. Por lo menos no por ahora.
_ Aceptaré cualquier Esperanza que me des, yo te conquistaré nuevamente. No hay más mujer que tú, mi china del amor.
Retomé sus labios para no alargar la conversación. Al chupar sus pechos y sentir su retorcer, supe que su cuerpo aún era mío, pero su corazón seguía helado. Aumenta el frío con el pasar de los días, intensificó el ritmo de mis caderas para recordarle que ningún otro hombre La amaría con la misma intensidad que yo, así que agregué tiempo a su cuerpo. para que mis caricias la hicieran sentir cada uno de mis sentimientos.