Llega Inmaculada a su casa, estaba su hermano Alan algo entristecido. De pronto, la mira con reserva al verla vestida tan elegante y le pregunta: —¿Qué haces vestida así? —Yo estuve en un evento. —¿Con la señora Sofía? —Con Ángel. —¿Qué hacías con ese tipo? —pregunta ligeramente furioso. —Fue solo un evento, no hice nada malo—se incomoda Inmaculada, ante su cuestionamiento. —Ese tipo es muy misterioso, y no me da buena espina. Cuando pueda lo investigo, no quiero sorpresas. —Deja a Ángel tranquilo, él no es malo. Es un empresario, muy importante del mundo de la moda—lo defiende Inmaculada, obviando lo que sabe. —¿Y ese cambio tan repentino? ¿No me digas que te enamoraste? —Ya Alan, no me abrumes con tus preguntas, y más bien dime que te pasa, que te noto triste, si estabas tan fe