Mansión Greco. Helen y Mark, se habían quedado ligeramente dormidos. Cuando inesperadamente tocan la puerta: —Helen hija, abre la puerta, ¿por qué pusiste el cerrojo? —indica Gianna, la madre de Mark. De inmediato Helen dice: —Es tu mamá, ¿ahora qué hacemos? —Nada abre la puerta, tu eres mi mujer—señala Mark con indiferencia y Helen va a abrir. —¿Qué haces aquí encerrada con este desvergonzado? Hay que ver que, son un par de sinvergüenzas ustedes dos, seguro se estaban en aquello y en casa ajena. De aquí, puedo sentir el olor—expone Gianna con rabia. —¡Qué pena con contigo Gianna! —se avergüenza Helen. —¿Seguro que conoces la palabra vergüenza? —Ya mamá es suficiente, Helen y yo nos reconciliamos. No la regañes, ya pronto me la llevo conmigo. —¿Se puede saber a dónde