Capítulo 9

2447 Words

Por supuesto, la señorita Sally Harrison salió de esa oficina tan rápido como corcho de champán. La mujer me suplicó con ojos llorosos que no la despidiera, pero no podía estar allí con ella, no quería arriesgarme a que se me lanzara encima cada vez que quisiera y que Alanys me cortara el pene con un cortauñas. Apenas el señor Dante se enteró de mi decisión, me llamó a su oficina preguntando el porqué había despedido a mi asistente. Le dije que me parecía muy incompetente y el hombre sólo miró con sorna, soltando un enorme carcajada. —No lo hace bien, ¿verdad? —pareció imponer un tono extraño al decirlo—. No te preocupes, encontraremos otra asistente que sí te deje satisfecho. —¿Qué es lo que dice? —cuestioné incrédulo por sus palabras. ¿Acaso era una maldita broma? —Elegí a las que m

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