Tragué saliva y cerré lo ojos, tratando de concentrarme para no cometer una locura.
Pensé en la complicación que sería hacerla mía ahora, cuando estaba tan vulnerable y había tantos secretos que me causaban resquemor. No sería capaz de dejarme llevar por mis instintos y que luego se alejara por haber cedido ante ellos.
¿Acaso la quería para más que una sola noche? ¡Sí, maldición! El deseo que sentía no iba a pagarse con hacerla mía una sola vez, de eso estaba completamente seguro.
La deseaba como un loco y quizás me arrepentiría después, pero no podía dejarme llevar justo ahora, luego del enorme avance que habíamos tenido, no estaba dispuesto a perder terreno solo por un impulso pasional.
Así que me acerqué a ella, un poco más repuesto y coloqué su toalla nuevamente, haciendo que me m
