Al llegar a casa de Mary, por los tragos que tenía en mi cabeza me quedé dormido en su sofá, «abro los ojos y veo a Adriana con un bebé en sus brazos, me levantó rápidamente y le pregunté que ¿quien la había dejado entrar a la casa de Mary?, no respondió palabra alguna así que me acerque a ella para mirar de cerca al bebé a la cara, pero quedé en shock al darme cuenta de que él bebé era una almohada envuelta en un cobertor, ella me lanza la almohada por los pies y empieza a reír desesperadamente, la empujó y la sacó de la casa, me tiró de rodillas y empiezo a llorar por ella». —¡Despierta, despierta…! —, me llama Mary insistentemente. —¿Cómo entró Adriana?, ¿en dónde está ella? —, le preguntó a Mary todo desubicado. —Aquí no hay nadie más, excepto nosotros dos —, pone en mi hombro una