Catherine pov
Abro mis ojos y noto que ya es de día, pasa un poco de iluminación a través de las cortinas, nuestra ropa sigue dispersa por toda la habitación y hay un olor de nuestros perfumes en el ambiente, combinado con un poco de sudor.
Su cama es muy cómoda, es firme, ni muy suave, ni muy dura. Sus sábanas son claramente caras, se siente como flotar, son frescas y acogedoras, no tengo muchas ganas de levantarme hasta que recuerdo que mi padre posiblemente esté en mi casa. Si es que me llamó al celular, estoy muerta, pues mínimo marca cuarenta veces.
Hay una mesita junto a la cama, tiene mi teléfono en la superficie y un vaso de agua. Quiero alcanzarlo pero, algo me está tomando con firmeza de la cintura... Aedus.
Él sigue profundamente dormido, no quiero despertarlo pero debo r
