Capítulo 3

1216 Words
Catherine Pov Ayer me ardían los ojos de tanto llorar, pero pude dormir después de bañarme. Ahora mismo siguen rojos, es una suerte trabajar en la cocina, nadie puede verme aquí, más que Vivian. -¿Estás bien Catherine? -Sí, solo estoy desvelada, tuve mucha tarea- miento. -¿Necesitas ayuda? -No, lo mejor es que vayas afuera a atender a las personas, sino vendrá la urraca a joder. -Solo está el señor de siempre, bien sabes que no le gusta hablar, lo menos que lo acoses es mejor para él, deja más propina. -Eso no impide que Daniela vigilé y se acerque a él- empiezo a reír y la tomo de la mano para ver la escena. Efectivamente, Daniela quién no era mi amiga pero si era una buena compañera, lo veía mientras limpiaba y cuando él se daba cuenta, ella reía mientras el hacía solo un gesto amable. -¿No te preguntas por qué un tipo así está en esta cafetería? -Obviamente es por qué tiene hambre. -Sí, no soy tonta- se ríe al ver que le hago una cara sarcástica- pero siempre viene, desde antes de que estuvieras aquí. No creo que no tenga dinero suficiente para ir a un mejor lugar. -Debe quedar cerca de su trabajo y ya. -Eso extraño aun así, tiene cara de ser el jefe y se tener dinero. -Ve y acósalo como Dany para ver si es verdad- ella ríe pero a ambas se nos borra la sonrisa al darnos cuenta que él nos está mirando. Hacemos como que platicamos de otra cosa que no sea él pero gracias a qué dirigió su vista a nosotras pude ver de qué hablan ambas meseras. Es guapo, su perfil no es malo pero si ves detrás de sus gafas costosas, están sus ojos verdes, con un extraño combinado de gris, su barba bien perfilada. Tiene  un cuerpo fuerte y al parecer es alto y atractivo pero eso no quiere decir que no se note que tiene más de 30 años. Su cabello es oscuro, no tiene ni una sola cana, de verdad es un hombre que voltearías a ver y te robaría suspiros.   Regreso a la cocina despidiéndose de mi amiga para lavar algunos trastos e irme a la universidad. Gracias a que mi mamá trabajo mucho, tengo ropa buena, así como muchas cosas de marca, aún las puedo usar pero ya no hay dinero para cosas nuevas. Eso no impide que me vaya arreglada de buena forma a la escuela, no puedo negar que soy muy bonita. De hecho, me parezco demasiado a mi mamá, el pálido de su piel, el color verde de ojos o incluso el cabello castaño, casi pelirrojo. No soy tan alta, tal vez soy promedio, pero si soy delgada, aunque quiero subir de peso, nunca puedo, pero de cierta forma no está mal pues no cuerpo tiene todo dónde debe de estar y puedo comer lo que se me antoje. Muchas de mis amigas me hacen cumplidos por lo rectas y pobladas que son mis cejas, así como de mi nariz fina, también son características que me gustan. Lo único que no me gusta es tener una boca pequeña, me hace ver menor, aunque mis labios no soy tan delgados, lo corto de mi boca me reduce edad, o al menos eso pienso. Al llegar a mi salón, veo a mi novio igual que siempre, apartando lugar y sonriente de verme, pero él se da cuenta enseguida de que llore. -Hola amor- me besa y continua hablando- ¿Necesitas hablar con alguien? -En realidad, sí. Ayer lloré con papá, a veces me gustaría ser más fuerte y no llorar más. -No tienes por qué prohibirte expresar la que sientes, aun así, sino quieres llorar frente a él, puedes llorar conmigo, te podría abrazar muy fuerte- toma mi mano con ambas suyas. -Sigo sin creer que este en ordinario por ese maldito y estúpido viejo. -Amor, no lo respondiste de la mejor forma. -Ni el tampoco- él niega con la cabeza mientras ríe. -Jamás vas a cambiar, me gusta tu carácter tan aferrado- ahora besa mi mejilla pero nos separamos al ver que el maestro acaba de llegar. -Te pagaré con mil besos si no peleas con este profesor- me dice en broma. -Me es imposible, la mayoría son unos pesados. Al salir de la escuela, él carga mi mochila, tomamos taxi y vamos a mi casa a hacer un proyecto, pero primero comeremos un poco. Podemos irnos en este taxi pues el paga la mitad siempre que va a mi casa. Ahora mismo estoy sirviendo la comida en los platos para al fin comerlos y él está sirviendo el agua así como poniendo los cubiertos en la mesa. -Te ves hermosa- me ve a los ojos y quita los platos de mis manos para ponerlos en la mesa- después de comer deberíamos divertirnos un poco. -¿Eso piensas?- por favor, que este encuentro no sea nuevamente un desastre total. -De hecho, pienso que es mejor divertirnos y después comer- me carga fácilmente y me deja en el sillón, no deja de besarme, abro mis piernas para que él pueda estar en medio. Mueve un poco sus caderas presionando su erección con mi pantalón. -Alguien ya está muy duro- le digo quitando su cinturón y bajando su pantalón. -Así me pones siempre. Sigue besando y quita mi ropa muy rápido, lame mis pechos y eso se siente muy bien. Suelto suspiros y cuando él empieza quitar mi pantalón con las bragas espero que no suba nuevamente. Tal y como deseaba el empieza a lamer mi zona íntima y siento su lengua rodeando mi clítoris, lo hace muy rápido desde el inicio, pero eso no me agrada. El tiempo pasa y veo como sigue haciendo los mismos movimientos, yo empiezo a aburrirme, ¿De verdad el sexo oral es tan aburrido? -¿Terminaste?- me dice viéndome de forma tierna, no me queda de otra más que mentir. -Sí- le digo sonriente, el saca un condón y lo pone en su m*****o sigo con mis piernas abiertas esperando que esto sea mejor. -Es que estuve viendo tutoriales- dice orgulloso. Que me diga cuáles para darles dislike. -Que bien cariño- me toma mis manos y entra en mí. Claro que lo siento, está muy duro y caliente, pero aún no he sentido gran cosa desde que empezamos. Se mueve al principio muy lento y me abraza, esconde su rostro en mi cuello mientras respira rápido. Sigue moviéndose cada vez más rápido, empiezo a gemir para que mínimo el termine, pues sé que me gusta escucharme, aunque sea falso. ¿Será su tamaño? De verdad que no siento placer, esto es lamentable. No es por hablar mal de su parte íntima, pero tal vez es un tamaño demasiado apegado al promedio. De un momento a otro escucho como dice mi nombre y tiembla hasta terminar. -¿Terminaste?- me pregunta de nuevo muy emocionado. -Ajá. -Creo que cada vez nos acomodamos mejor- me abraza y me besa. Después de que se vaya tendré que conseguir yo misma mi orgasmo. ¿No seré capaz de sentir algo si no lo hago yo misma? Puede ser que yo sea la del problema, pues él parece realmente disfrutarlo.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD