Capítulo 4

1277 Words
Catherine Pov Aunque ya hayan pasado más meses y esté a mediados de semestre no me acostumbro a mi nueva vida. Y lo de hoy fue lo peor. En la preparatoria llevaba muy buenas calificaciones, pero ahora que estoy en universidad no tengo más esas calificaciones, solo tenía que mantenerlas para poder solicitar mi beca. Cuando tenía las calificaciones buenas no tenía necesidad de esto, pero ahora que no las tengo necesito la beca y oh sorpresa, en todas he sido rechaza. Hoy me enteré que mi última esperanza de una beca fue denegada también, ¿Qué me dirá mi papá? Empiezo a llorar viendo lo celular, no puedo decirle a nadie, Vivian se tomó el día libre y no me contesta los mensajes. Cody no me servirá de ayuda y papá tampoco. Y ahí es cuando te das cuenta que estás sola, demasiado sola. Mi novio me dirá solo palabras que ya me sé, mientras que Vivian no me responde, ella tiene que descansar todo el día, así que no verá su celular. Claro que estoy enojada, pues ese dinero me hace falta, mi padre trabaja casi todo el día pero no le pagan lo suficiente. Pero es más lo triste que me siento pues si mamá estuviera no pasaría nada de esto. ¿Por qué nos abandonó así? Cada día hay más deudas y me siento tan inútil, ni siquiera puedo ayudar a papá con esto, por más que ganó en la cafetería, no se juntara la cantidad para pagar la casa, me quedaré ahora en la calle. Sigo llorando de impotencia, mi papá fingirá que no pasa nada pero si va a pasar, ya no tendremos un hogar y el estará más preocupado. De verdad tengo que hace algo, tal vez darme un año sabático para trabajar todo el día y después regresar al estudio, aunque sea a escondidas de él. Mi jefa llega a la cocina junto con Daniela y escondo mi teléfono. -Vas a atender al cliente, Daniela ocupará tu lugar. -Pero yo solo cocino. -¿Quieres un despido? -No- dejo lo que estoy haciendo y preguntó-¿Por qué no lo atiende Daniela? -El pidió que lo atiendas tú, cómo puedes ver siempre viene y pide muchas cosas, deja buena propina, no es alguien que debamos perder.-dice la señora harta. -Está bien. Me quito el mandil de la cocina y se lo intercambio a Dany quien me ve triste pues ve mis ojos hinchados, supongo que Vivian le ha contado algo de mí. Voy y pongo la mejor cara que tengo, el señor que tanto le gusta a Daniela está viendo su celular, no es hasta que empiezo a hablar que voltea a verme. -¿Qué desea ordenar? -Café n***o, sin azúcar ni leche. Huevos revueltos con tocino, dos litros de jugo de naranja, pan tostado, diez omelettes rellenos de jamón y diez hot cakes con mantequilla. No digo nada, solo me dedico a escribir aunque se me hace muy extraño que pida tanto, siempre que lo cocinaba pensé que era para suba familia que también desayuna aquí todos los días. -Solo dame el café y los huevos revueltos con tocino, lo demás será para llevar por favor- ahora me queda más claro, aunque debí ser muy estúpida para pensar que todo eso se lo iba a comer de desayuno. -¿Algo más?- digo sin alzar la vista, no quiero que me vea mis ojos de sapo. -¿Qué me recomiendas pedir? Vaya no pensé que me dijera algo así. -Realmente no sé. -Debiste comer algo aquí, mínimo una vez, ¿Qué haz pedido? Su voz es muy gruesa y decidida, aunque no llega a ser agresiva, su acento es de alguien educado y su personalidad también lo demuestra, no es una persona grosera. -No he comido nada, pero siempre que preparo las crepas dulces y saladas pienso que deben estar bien. -Okay- me ve a los ojos y de verdad tiene un rostro muy atractivo, sus cejas pobladas y rectas, su nariz, sus labios... Todo es muy agradable a la vista. -Iré a entregar su pedido- camino y él dice algo al último. -Tráeme 3 crepas que creas que son los mejores sabores, gracias. Asiento y voy a dejar su pedido a la cocina. Mientras veo como Daniela se está confundiendo y presionando a hacer la comida, busco otro mandil para ayudarla. Ella no dice ni una palabra y tampoco yo, pero por como me mira y sonríe sé que trata de ser amable pues me tiene lástima. Dejo a Dany haciendo la comida para llevar y yo le dejo a aquel señor lo único que pidió para comer aquí. -Aquí está su pedido, si necesita algo más estaré pendiente. -De hecho si, por favor. Volteo a verlo directamente a los ojos ¿Cómo alguien puede tener unos ojos grises con tonalidad de verde al mismo tiempo? Su barbilla está partida, aún con su barba negra bien rasurada puede notarse. Tal vez sus labios no son muy gruesos, pero tienen un ancho bastante bonito, así como una nariz perfecta también de frente.  Sus cejas también son rectas y pobladas por lo que es más notorio lo guapo que es. La obsesión de Daniela por el me empieza a quedar clara, aún siento un hombre maduro está en buena forma y con un rostro parecido al de un modelo. Estaba distraída con eso y no escuché lo que me dijo. -¿Disculpe? -¿Por qué lloras tanto? -Lo siento señor, pero así como usted quiere que respeten su privacidad prefiero que se respete la mía.- eso salió de mi boca antes de razonar. Me doy la vuelta pero el habla otra vez. -¿Cuánto ganas aquí? Lloras por el dinero -¿Por qué dice eso? -Desde hace tiempo que te veo con estás mismas medias rotas, crees que nadie las va a notar pues están rotas por detrás de tus piernas. -Soy descuidada, es todo. -Sí gustas, puedes ser cocinera en mi casa, te pagaré el doble. Me quedo impresionada de lo que dice. Sobre todo porque jamás lo ví hablando tanto con alguien. -Después de aquí voy a la escuela, lo lamento pero no tengo tiempo. -Deja este trabajo, es más, ven a trabajar mañana mismo, puedo hacerte un cheque para que lo cobres desde hoy pero tienes que decirme cuánto ganas aquí para poderte dar el doble. No le respondo y volteo a ver a mi jefa, quién no está escuchando pues supervisar a la mesera en la cocina. -Okay- saca su chequera y con un bolígrafo más caro que mi uniforme roto escribe una cantidad con letra cursiva- no sé cuánto ganas aquí pero te puedo dar esto a la semana, ¿Aceptas? Veo la cantidad y estoy a punto de decir que si pero recuerdo algo. -Solo sería medio día, estudio en las tardes... -No te pregunté a qué hora irás- me ve directamente a los ojos- no es importante. -Le agradezco pero no puedo aceptar tanto. -Es lo que le p**o a mis empleados, no es tanto, simplemente aquí es muy poco. Antes que le responda, mi robusta jefa empieza a caminar hacia nosotros y me alejo de él. -Disculpela señor Van Ewen, ella ya se iba. -Estoy hablando con ella, no es molestia. -Me alegro pero necesita ayudarle a su compañera en la cocina- me voltea a ver amable mi jefa, cosa que nunca hace- ¿Podrías ir por favor? Wow, es una doble cara. -Sí. Con permiso señor, provecho. Voy a la cocina y sigo pensando si será lo mejor aceptar el trabajo de ese desconocido.
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