Deseos Sexuales [+18]

T1 – Capítulo 12 – Sexo a Escondidas

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Andrew rápidamente fue a darse una pequeña ducha y a vestirse para ir de inmediato a la tienda donde trabajaba Eve. Se le hacía un poco raro ya que ella jamás le había pedido que fuese a verla al trabajo y mucho menos a esas horas de la noche cuando ya estaban por cerrar.

Sin tratar de buscar razones o motivos los cuales Eve le había pedido tal cosa, salió de su casa, paró un taxi y pidió que lo llevara al centro comercial donde se encontraba la tienda.

Al pasar de unos 15 minutos el chico llegó al centro comercial y emprendió su camino hasta la tienda donde Eve estaba ya esperándolo. 

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Eve: Wow, eso fue rápido — Dijo con asombro.

Andrew: ¿De verdad?

Eve: Sí, lo fue, no esperaba que llegaras tan rápido.

Andrew: Pues aquí estoy, ¿para que me necesitas?

Eve: Te explico rápido, mi jefe no está y llegó mercancía nueva la cual debemos acomodar en los depósitos, somos pocos hoy en la tienda y como soy la encargada decidí llamarte para que me ayudaras. 

Andrew: ¿Tengo cara de beneficencia? — Comentó mientras fruncía el ceño.

Eve: ¿Tengo cara de explotadora laboral? — Respondió con seriedad.

Andrew: Explotadora sexual... quizá. 

Eve: ¡ANDREW! — Exclamó mientras golpeaba al chico en el brazo.

Andrew: Perdón, perdón.

Ambos rieron luego de compartir una mirada de confidencialidad recordando lo que había sucedido un tiempo atrás.

Eve: Será recompensado Andrew, no te irás sin que te pague.

Andrew: Bueno, eso cambia las cosas JEFA.

Eve: ¿Algún día dejarás de ser tan tonto? — Preguntó entre risas.

Andrew: Lo tengo programado para el 31 de Febrero. — Respondió con una sonrisa a la par que se adentraba a la tienda.

Eve lo siguió para luego cerrar la tienda e ir a buscar a sus demás compañeros de trabajo que se encontraban en el deposito con la nueva mercancía a espera de una orden de la joven chica. Una vez estaban todos reunidos Eve dio las instrucciones las cuales fueron llevadas a cabo de inmediato por todo el personal.

Horas más tarde, al haber terminado ya de acomodar todas las cajas en sus respectivos sitios, todos se quedaron sentados en el suelo descansando por un rato. Pasado un tiempo algunos de estos decidieron ir a por pizzas ya que se encontraban hambrientos, otros fueron a la parte principal de la tienda a platicar mientras que Eve y Andrew se quedaron juntos en el deposito bromeando entre sí.

Andrew: Conociéndote se que me vas a estafar y no me pagarás. — Manifestó cruzándose de brazos.

Eve: Eres un quejica.

Andrew: Pero cabe la posibilidad de que me estafes, aparte estoy muy exhausto.

Eve: ¿Exhausto? No hiciste casi nada.

Andrew: ¡¿QUÉ?! 

Eve: Te vi acomodar solo tres cajas, no hacías más que bromear con mis compañeras.

Andrew: ¡TRES CAJAS BASTANTE PESADAS! — Exclamó riéndose. 

Eve: Pesado me caes — Sentenció mientras apartaba la mirada del chico.

Andrew: Me amas.

Eve: Mi imis, imbécil.

La pareja de mejores amigos estuvieron un rato más platicando acerca de su pasado en el colegio y parte de la universidad juntos, perdieron noción del tiempo, en un abrir y cerrar de ojos ya era bastante tarde.

Eve: Oye, si quieres vamos a descansar y aprovecho para '' pagarte '' por tu trabajo — Invitó al chico mientras le sonreía.

Andrew: Te sigo querida belleza tropical. 

Eve le tomó una mano y se dispuso a guiarlo hasta el cuarto de descanso que había cerca del deposito, normalmente lo usaban para guardar pertenencias, muy pocas veces para dormir. Al llegar a este Eve abrió la puerta con cuidado para que nadie escuchara, entró junto con Andrew dejando cerrar la puerta detrás de él, la chica puso seguro a la puerta y se dirigió al sofá cama que había en la habitación.

La chica sin querer dejó caer la llave de la habitación a lo que ambos se agacharon para recogerlas, con tan mala suerte que se dieron un pequeño cabezazo y cayeron al suelo quedando ella sobre él, la piernas de Eve a horcajadas sobre una de las piernas de Andrew apretándola por la caída, la blusa medio abierta de la chica enseñando sus pechos escondidos tras un sujetador de color n***o que no le hacía falta ninguna, los dos en silencio mirándose y sonriendo.

Andrew levantó la cabeza para besar aquellos labios gruesos y pequeños al tiempo que con una de sus manos cogía uno de los pechos de Eve e intentaba liberarlo de la prisión del sujetador.

Ella se quedó quieta, asustada, indecisa pero al mismo tiempo el notaba como sus caderas empezaban a moverse para restregarse contra su pierna.

El suelo de la habitación no es el mejor sitio para estos menesteres, y tras unos minutos pasaron al sofá cama para hacer más agradable la noche y la situación. Abrieron el sofá cama y Andrew se quitó el pantalón, quedándose totalmente descubierto.

Ella se quitó la blusa, y le mostraba al chico sus grandes senos aún en el sujetador. Andrew la tendió boca arriba y le sacó los pechos por arriba besándolos mientras clavaba su pierna entre las de ella; Eve estaba preciosa, con la cabeza echada hacía atrás con los pechos apuntando al cielo y con su panty apretando la pierna de Andrew.

Este besó los pechos de su mejor amiga con ansia, lamía sus pezones mordiéndolos con cuidado, ella le decía que no estaba bien, que era peligroso, pero no dejaba de moverse.

El chico le quitó la mínima expresión de panty que traía y descubrió aquella hermosa v****a que olía a deseo. Andrew la besó mientras sus manos aprisionaban los pechos de Eve, los estrujaba sin miramientos.

La v****a de Eve parecía estar en un sauna, húmeda, cálida, aquello era una delicia, Andrew chupó sus labios, su clítoris, parecía un botón de disparar misiles, estaba rojo e hinchado, duro, a medida que lo iba chupando Eve temblaba, eran como compulsiones, en una de ellas el chico logró un orgasmo de su mejor amiga, supuso que así era porque las manos de ella apretaban su cabeza y sus piernas empujaban su espalda hacía arriba para luego relajarse.

Eve estaba un poco enfadada, no le había hecho nada al chico y ella le gusta trabajar, así que decidió probar también. Tumbó a Andrew y empezó a deslizar sus labios sobre su pene; esa boquita que siempre le había parecido pequeña de repente se hizo grande, le chupaba el glande como si fuese un dulce, parecía gustarle ya que al momento veía como desaparecía por entero su pene.

Cada vez que Eve se metía el pene de Andrew en su garganta le excitaba mucho a este.

Andrew: Para un poco, si sigues un poco más te voy a bajar en semen y no quiero que esto acabe ya.

Volvieron al sofá y, sentándose Andrew en el borde, puso a Eve en cuclillas sobre él; el pene del chico entró de golpe, hasta la empuñadura.

Las piernas de Eve empujaban, se impulsaban en el sofá para entrar y salir, parecía que estaba trabajando en un banco de gimnasia, cada vez que entraba dentro de ella. Andrew se hundía en placer y cuando salía de ella, le invadía el miedo a correrse.

Luego de un rato, Andrew decidió cambiar de posición colocandola a ella acostada de lleno en el sofá cama, poniéndose el encima de ella para continuar la faena. No tardaron más de diez minutos hasta que vieron las caras mientras se corrían, ella no paraba de jadear y temblar como una hoja, el con su pene afuera masturbándose mientras le llenaba de semen todo el abdomen.

Al acabar se tendieron los dos en el sofá, estuvieron abrazados mirándose cinco o diez minutos, tras los cuales se levantaron y empezaron a recoger la ropa del suelo; el semen de Andrew bajaba por el abdomen de Eve como si fuesen lágrimas, esta se limpió un poco y se vistió rápidamente.

Andrew: Esto no puede terminar aquí.

Eve: Tengo un plan para más tarde cuando todos se vayan.

Andrew: ¿Tienes un plan?

Eve: Claro que sí, ¿Te piensas que no quiero tener ese pene de nuevo dentro de mí?

Andrew: Eve me encantas, sabes que es así.

Eve: Y tu a mí pero debemos salir ya, deben pensar que estamos haciendo cosas raras.

Andrew: Quizá piensen que te estoy empotrando contra la pared. — Respondió mientras se reía.

Eve: Eres un idiota. — Sentenció mientras besaba a Andrew en los labios.

CONTINUARÁ...