Elizabeth se encontraba limpiando la mesa de vidrio del comedor, ya era tarde y Terry, la mujer que se encargaba de la limpieza de la casa, se había ido hace un par de horas, ella misma le había pedido que se fuera cuando su horario se había cumplido, no quería molestarla con la limpieza tan tarde, ese era el pretexto que usaba su mente, para poder usar su mejor modo terapéutico como medio de la frustración que estaba pasando. Elizabeth había leído el expediente de Megan en el hospital y había investigado sobre la lesión, ella sabía la verdad, Megan tenía pocas probabilidades de regresar a la cancha, sabía lo importante que era para la chica hacerlo y no sabía que sucedería si no lograba hacerlo de nuevo, jugar era como comer o dormir para Megan, algo necesario en su vida, lo había hecho