En busca de trabajo.

1081 Words
Después de Catalina irse de la oficina de Diego, Leo no pudo evitar decirle lo que pensaba de su futura esposa. —He sentido que esa mujer te ha manipulado, estás rendido a sus pies— No dudó en expresar lo que pensaba sobre ella. —Catalina es una buena mujer, ella es encantadora, me demuestra que me ama y eso es todo lo que me importa Leo, pronto será mi esposa para siempre- Le respondió Diego muy seguro de la mujer que tendría a su lado. —No soy quien para que cambies de parecer, solo deseo que seas muy feliz— En la noche. Estaba en mi habitación comiendo helado, viendo televisión, me sentía deprimida, quiero mantenerme positiva aunque sea solo por un momento. —Hola amiga, estoy muerta, me tocó trabajar el turno tuyo— Dijo Paola al entrar a la habitación x —Yo hoy he estado aquí comiendo mucho helado, mi prima tiene la culpa de todo esto, quisiera odiarla pero no puedo. —Yo la odio por las dos, por su culpa hoy tuve que trabajar horas extras y por el mismo sueldo— Respondió mientras quitaba sus zapatos. —Gracias por la ayuda, lamento mucho que hayas que tenido que trabajar el doble, mañana temprano saldré a buscar trabajo y no regresaré hasta conseguir uno. —Es importante que ambas estemos trabajando, tenemos que pagar la hipoteca de esta nuestra casa, no quisiera que la perdiéramos. —No la vamos a perder, hemos trabajado duro por esto, así que pronto tendré un buen trabajo y podremos seguir pagando. —Saldremos adelante, y por cierto ¿Donde está tu prima?. —La eché de la casa, no la quiero más aquí, ademas es un cero a la izquierda, no ayuda en nada, es un estorbo. —Pobre de su esposo, ese se llevará a un saco de papa, jajaja. —Ya lo creo, en eso estoy de acuerdo contigo, jaja— En casa de Diego: —Que bueno que llegaste a tiempo hijo para que cenes con nosotras— Dijo Dania mientras Diego caminaba hacia el comedor. —Hola madre, quise venir a cenar con ustedes, con dos reinas— Respondió mientras me dio un beso a su madre y nana, después de eso tomó asiento para cenar junto a ellas. —¿Cómo te fue hoy mi niño querido?— Preguntó Francisca su nana. —Muy buen nana querida, estoy tratando de dejar todo en orden para mi boda, el próximo sábado me caso con la mujer más maravillosa de la tierra. —Hijo, ¿Estás seguro de querer casarte con esa mujer? Es qué hay algo en ella que no nos parece sincero— Respondió Dania con preocupación por su hijo. —Madre no te preocupes, lo dices porque te preocupas mucho por mi, cuando ella venga a vivir aquí la conocerás mejor y verás que es un encanto— Le respondió con emoción. —¡No lo se! Vuelvo y te repito, no me siento segura, deseo que sea muy feliz, no quiero que tu felicidad se vea empañada por el desamor. —No se preocupen ningunas, nada malo va a pasar, estoy seguro que todo saldrá bien— Al día siguiente. Me levanté temprano, tomé una ducha y sin desayunar nada, salí a buscar trabajo, no podía regresar sin trabajo a casa. En el hotel donde se queda Catalina. —Ahora que mi prima no tiene trabajo, le ayudaré a conseguir uno, jajaja, voy a burlarme en sus propias narices, la haré picadillo— Catalina estaba planeando su siguiente golpe, ella no iba a permitir que su prima la humillara. Durante todo el día completo estuve buscando trabajo sin éxito alguno, me sentí sin ánimos, sin deseos de seguir respirando, ¿Conor es posible que las cosas cambiaran tan drásticamente de un día a otro? Llegué a casa al rededor de las seis de la tarde, al entrar fui directo a la cocina a tomar un poco de agua, estaba un poco agitada y muy Casandra, había caminado mucho, había tocado muchas puertas y no encontré trabajo. —Isabella que bueno que vienes, cuando llegué a casa encontré este sobre debajo de la puerta y al abrirlo, es una notificación del banco, dicen que si en una semana no pagamos la cuota vencida que tenemos nos quitarán la casa— Dijo Paola muy preocupada. —¡No me digas eso! Estuve todo el día buscando trabajo y en ningún lado quisieron contratarme o no necesitaban— Respondí casi con lágrimas en los ojos. —Yo estuve contando lo que he juntado pero con eso no llegamos ni a la mitad— Respondió Paola con preocupación, no quería perder lo que con tanto esfuerzo habían conseguido. —Paola aún yo tengo mi cheque, así que no te preocupes, con eso vamos a completarlo, mañana seguiré buscando trabajo… Vamos a mi habitación a buscarlo, mañana vas y lo pagas— Le respondí mientras la tomaba de la mano. Subí junto a Paola a mi habitación, necesitaba entregarle el cheque para que lo depositara al banco y así completar la cuota del mes atrasada —Menos mal que tienes ese cheque, estaba muy preocupada, ya sabes que no tenemos a quien pedirle prestado, algún día saldremos de esa deudas— Respondió Paola con un suspiro de tranquilidad. —¿No has visto mi cheque? Lo dejé en esta mesa al lado de mi cama pero no está, estoy segura que lo puse ahí. —No amiga, ni siquiera lo he visto, busca bien, quizás esté ahí y estamos tan nerviosas que no lo encontramos— Empecé a buscar rápidamente entré todas mis hanegas, el cheque había desaparecido, no estaba donde lo dejé, mi pregunta era ¿Dónde estaba? —Paola no está, no está… En ningún lado está, ¿Que haremos? ¿Cómo se perdió?— Pregunté llorando. —¡Dios mío! Esto es terrible, ahora si que estamos perdidas— Respondió Paola mientras tomaba asiento, estaba llorando.
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