—¿No te imaginas el por qué estoy aquí?, no puedo permitir que la gente me humille porque le de la voluntad, así que si esa mujer vuelve a levantarme la voz de esa manera, no se lo que podría pasar— Dije mientras limpiaba el piso muy enojada. —¡No lo se! Tampoco me interesa, Leslie no se va a meter con usted— Respondió mientras escribía en su computador. —Eso espero, esa mujer se ve muy interesada en usted, casi le cae encima cuando entré a traerle el café— Le respondí sin pensarlo, honestamente estaba enojada que prácticamente no pensaba con claridad. —Eso a usted no le importa, puedo estar con la mujer que me plazca, no tengo por qué guardarle respeto a una mujer tan perversa como usted— Diego levantó la mirada, me observaba para saber cual sería mi reacción. —¡Es bueno saberlo! Nadi