Entré a la oficina de Diego, estaba muy alterado, parecía tener problemas, así que no fue en meter mis narices. —¿Diego que te sucede?— Pregunté con timidez. —Mi secretaria ha renunciado sin previo aviso, dejó perder muchos papales, hay muchas cosas por volver a hacer y odio el desorden, necesito que mi trabajo esté en orden, ahora tengo que buscar a una secretaria muy rápido— Respondió eufórico. —Quizás pueda ayudarte Diego, solo dime que necesitas y ya— Le respondí tratando de ayudarle. —Isabella si no más bien recuerdo, tú trabajabas en una tienda, no tiene nada que ver con papeles. —Puedo sorprenderte, solo dame un ejemplo por escrito de lo que necesita su verás que puedo ayudarte. —No me hagas reír Isabella, no estoy para tus burlas, mucho haz hecho haciendo que Catalina esté en