No podía creer lo que estaba presenciando, ¿cómo era posible que de querer casarse con un hombre rico, Catalina quisiera huir con otro?
—¿Te estás volviendo loca? Detén ese auto ahora mismo, ¿Y sabes que? Si quieres largarte hazlo pero devuélveme ese dinero, nuestras madres no nos criaron siendo ladronas— Le dije a Catalina alterada, a pesar de estar en shock.
—No voy a entregarte nada, deja a mi madre fuera de esto— Respondió enojada.
—Simplemente detén el auto, dame el dinero y lárgate.
—¡Que ilusa eres! Eres una tonta y por eso no consigues nada en la vida, serás una pobretona.
—No me importa ser pobre, prefiero tener mi frente bien en alto—
Catalina aceleró a gran velocidad el auto, estaba decidida a irse lejos con el dinero de Diego, de esta forma iba a culparme y ella quedaría
