Después de dos horas, apagué mi computadora y agarré mi teléfono. Quería ir a buscar algunas rosas para Elena. Sé que le encantan las rosas. Agarré mi chaqueta y las llaves de mi challenger. Mientras salía de la oficina, vi a mi mamá. Ella miró mi chaqueta y luego mis llaves. Abrió la boca para decir algo, pero no iba a impedir que saliera.
"No esta noche mamá. Te quiero. Adiós", dije y salí por la puerta principal, ignorando que me llamara. Me subí a mi coche, aceleré el motor y me dirigí a una floristería cercana. Una vez que tuve las docenas de rosas que quería, me detuve en una tienda y agarré su chocolate favorito. Ferrero Rocher de chocolate con leche.
"Su alteza, Rubén está en casa", me enlazó Sofía.
"Gracias. Ambos tengan una buena noche", respondí y cerré la conexión.
Me subí
