Emily se levantó aquella mañana sintiendo como su cuerpo pesaba, después de todo durmió desde ayer en la tarde luego de sentir como su familia no la escuchaba.
Habían pasado tantas cosas en menos de una semana que ella misma no lo creía, juraba que si se acercaba a una persona y le contara lo que le había pasado lo más probable es que se terminan riéndose de ella y tachandola como loca.
-Ya llegamos-Emily abrió sus ojos y miró hacia la ventana del auto.
Ya era de noche, por culpa de una reunión pendiente de Cristhian no pudieron llegar a la hora acordada.
Cristhian ayudó a su hijo y suegra a salir del auto.
-Es hermoso-suspiró la señora Laura saliendo del auto.
Todo a su alrededor era un jardín lleno de flores y una gran casa de ladrillos de dos pisos.
Dirigió su mirada a las palomas volando hacia sus nidos, y no pudo dudar en que estaba en el paraíso.
-¿Te gusta Emily?-preguntó la madre a su hija.
-Es bonita-murmuró la joven-Aun sigo pensando en que debíamos traer un regalo.
William recordó cómo su madre venía regañando a su padre por no dejarla comprar un regalo a la abuela, pero Cristhian se había negado ya que a ella no le faltaba nada.
-Olvida eso-Emily asintió y tomó el libro que venía leyendo en el camino.
Cristhian tomó a su hijo en brazos y entró a la casa junto con las dos mujeres atrás.
Al entrar a la casa la pequeña familia noto como el silencio reinaba en la casa, todos se sintieron extraños por la energía negativa que sentían todos en el ambiente, menos Cristhian, él sabía muy bien lo que pasaba.
Sin decir alguna palabra se movieron por toda la casa hasta llegar al comedor donde se paralizaron al ver cómo dos personas estaban de rodillas frente a una señora ya de alta edad.
-Pedimos disculpas, Jazmine no sabía lo que hacía, ella apenas es una adolencente-La pareja de adultos siguió arrodillados pidiendo perdón.
Afrodita miró a su hijo y a su nuera, y no pudo sentirse más decepcionada.
-¿Qué está pasando?-Todos en el comedor llevaron su mirada hacia la puerta y se alegraron al ver a Crisrhian.
-Ni se atrevan a moverse-regaño la abuela al ver que todos tenían planes de levantarse del suelo-Lo que pasa es que tu querida prima se acaba de casar sin decirnos-Todos se quedaron callados.
-Que mal-dijo Cristhian-Pero no te preocupes abuela, mi boda será el próximo mes.
Emily que estaba detrás se tenso al escuchar eso.
-¿Te vas a casar?-Christian asintió-¿Dónde está ella?
Emily luego de pelear con su madre durante unos segundos logró dar un paso adelante.
-¿Ella? Es tan delgada, dudo que pueda darme un bisnieto-Emily no entendía lo que decía ya que aquella mujer sabía muy bien de la existencia de William.
-Mi abuela tiene memoria a corto plazo-le susurro Christian a Emily al verla sorprendida-De hecho abuela, ya tenemos un hijo-Afrodita se levantó de su asiento sorprendida.
-¿Es el?-los padres de William asintieron-Ven y saluda a tu bisabuela.
William que estaba detrás de su padre viendo y escuchando lo que decía aquella mujer decidió salir.
-Presentate-pidió la señora al niño.
-Buenas noches abuela, mi nombre es William, tengo cuatro años, soy escorpio y mido 1,06 Cm-William habló calmadamente.
Todos en el lugar se quedaron con las bocas abiertas.
-¿Escorpio?-Afrodita llevó su mirada a William-¿Día de los enamorados?
Cristhian no entendía lo que decía hasta que vio las mejillas sonrojadas de Emily.
-Si, justo ese día abuela-Afrodita miró a Emily y luego a su nieto.
-Fue un buen dia-Las personas que estaban arrodilladas hace unos segundos corrieron y se pusieron de pie.
-Ella y yo nos casamos por la ley hace unos días, nada en grande, por eso decidimos casarnos el próximo mes por la iglesia para poder invitarlos a cada uno de ustedes-Cristian explicó mientra Afrodita asintió.
-Espera-La señora interrumpió a su nieto-¿Qué tienes en las manos?
Emily se quedó muda y miró su libro, los Mitos griegos.
-¿Que pasa?-ella miró la portada del libro.
-¿Dónde lo conseguiste? no le encontré por ningún lado-Algo era muy notable, la señora era fan de la mitología Griega.
-¿Lo quiere? Ya lo lei-Afrodita no pudo negar en que se sentía feliz, aquel libro era su favorito desde que era niña.
-Te lo devuelvo mañana-aseguró la señora tomando el libro.
Laura que estaba viendo todo desde el principio no pudo creer lo que estaba pasando ¿Afrodita estaba sonriendo?
-Me cae muy bien, bienvenida a la familia-Dijo ahora muy contenta.
William miró a su bisabuela y sonrió.
Paso uno: completado.
-¿Qué haces ahí parada? Tenemos dos horas esperándolos para la cena-luego de decir aquellas palabras varios sirvientes salieron para servir algunos platillos.
-Mucho gusto, mi nombre es Eros-un señor que conocía muy bien se acercó a Emily-Pero ya nos conocemos. Deja te presento a los demás; Anteros, Deimos y Fobos-Mientras el señor hablaba señalaba a cada uno de los señores presentes-y las que están ahí son sus esposas.
-Sus nombres son muy lindos.
-Obvio, después de todo somos hijos de Afrodita.
La señora miró a su hijo con mala cara.
-Mejor comamos, que luego quiero hablar con mi nieto a solas-La señora Afrodita habló y todos empezaron a comer.
Laura que estaba perdida logró empezar a conversar con Violeta, la madre Cristhian.
Dylan que estaba en frente de Emily en la mesa, le dedicó una sonrisa, pero dejó de hacerlo al sentir como su hermana lo pateaba en la pierna.
La cena transcurrió tranquila, Afrodita comía de manera rápida y elegante mientras leía el libro que sostenía.
-Ya termine-Logró decir William al sentir su estomago lleno.
-Perfecto, Yo también-La energía de la jefa de la casa era sorprendente.
Afrodita se levantó de su asiento y tomó a William de la mano.
-Tienen prohibido interrumpir-Luego de decir aquellas palabras se encerraron en una habitación.
-Necesito tu ayuda-pidió la señora.
-¿Qué deseas abuela?
-Como debes saber, solo tengo un bisnieto y ya estoy vieja-la voz de la señora sonaba lamentable.
Y era cierto, tenía cuatro hijos, dos de ellos habían tenido hijos a una edad muy avanzada, otro de ellos era esteril por lo que no pudo tener hijos, y Eros, el padre de Crishian tenía tres hijos y ninguno de ellos tenía planes de casarse, o eso creía al ver a su pequeño bisnieto.
-¿Tus padres piensan tener más hijos?
-No lo sé, pero mi madre siempre quiso tener muchos-Afrodita le agradeció a los dioses por escuchar eso-Pero mi madre no soporta a mi padre.
-Que feo caso, pero tengo una solución-Cristhian presto mucha atención a lo que decía Afrodita ya que él siempre quiso tener una hermanita a la cual cuidar y proteger-Hoy haremos que tus padres se queden aquí a dormir y les daré un te que los ayudará a quererse mucho.
El niño no pudo alegrarse más, no sabía que te era ese, lo único que sabía era que sus padres se iban a querer mucho después de tomarlo.
Nos vemos la próxima semana.
¿Qué creen que pasará en el próximo capítulo?
Estaré pendiente de sus comentarios.
Los adora: su loca autora.