Esta mujer es extraña. Cuando debe estar a la defensiva para que su prometido no esté haciendo cosas indebidas, no le presta atención. Pero ahora, que no está ni cerca de aquí, viene a reclamar algo que debe decirle a él, no a mí. - Aún no sé qué fue lo que hiciste. Pero sé que algo le tuviste que hacer o dar a Pablo para que estén tan cercanos a tal punto de cargarte en sus hombros y llevarte hasta su habitación. Vaya, esa parte de la cargada me acuerdo debido a varias imágenes borrosas de mi mente que pude comprender. Pero el resto no lo recuerdo. - Pero te voy a decir algo, Pablo es mío y ninguna aparecida va a quitármelo. Así que, aprovecha tu tiempo que ya te queda poco perra -dice mientras me golpea con su hombro-. Estúpido alcohol, estúpida yo -pienso-. Le diría mil y una cosa