Aún con sus ojos en los míos, tratando escrudiñar en mi interior, termino de reaccionar, empujándole en mi contra. Para nadar hacia el muelle, me ayudan a salir, y comienzo a escurrir el agua de mi vestido, mientras mi maquillaje, seguramente, está derritiéndose. Suelto un resoplo, arrugando el entrecejo «¿Qué ha sido todo eso?» me cuestiono, giro mi rostro, mirándolo por encima de mi hombro. Él, sale del lago, viéndose tan sensual, a pesar de que su traje está completamente empapado. Ezra, pasa su mano por el cabello, peinándolo, mientras sacude su saco. ─¿Están bien? Si quieren cambiarse, pueden hacerlo en una de nuestras habitaciones presidenciales ─cuestiona, la encargada del lugar, preocupada de alguna manera. Me colocan una toalla en los hombros, igual que a él, ya que el agua es