Los ojos de Ezra, se cristalizan, mirando a su hermano. ─¡Vete de aquí! ─Exclama, de repente. Sobresaltándome, por lo imponente que es su voz, misma, que resuena en las paredes del enorme ático. Eric, aprieta sus puños, con molestia. Arrastrando sus ojos, tan parecidos a los de Ezra, en mí. ─No dejes que él, te arruine también a ti, es lo que hace, con las personas que le rodean ─espeta, directamente hacia mí. ─No lo hará ─manifiesto, levantando mi mentón y llamando la atención de Ezra. Eric, nos da la espalda, sale del ático, lanzando la puerta con fuerza. Vislumbro mis ojos, en la figura de mi esposo, trato de descifrar lo que está sintiendo en este momento, poco sé de él y necesito saber más, me siento en desventaja, con tantos secretos aplastándolo. Hago ademán, de acercarme