Mi todo, Mi nada, Mi dueño, Mi ciervo

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Min tragó duro, él realmente no quería problemas por lo que no se le ocurrió mejor idea que...— ¡Min!— fingió llamar su propio nombre.— ¿Eh? Sí, ya voy enseguida, jeje...— sonrió nervioso.— Uff... hace mucho calor, ¿No lo creen?— él se fué alejando lentamente hasta que...

—¿Buscabas ésto?— sujetó la calculadora que minutos antes mientras fumaba había visto en el suelo pero lo pasó por alto, sin embargo ahora, pues ahora lo usaría para su conveniencia.

— ¡Mi calcula...— dió una paso adelante antes de parar.— emm, eso no es mío.

—Sí que lo es.— Lujan afirmó pero Min negó.

—No, estoy seguro, no es cómo si me gustara dorae...mon.— él estuvo a punto de darse un golpe en la cabezota por su enorme bocota.

—Perfecto.— el más alto se acercó y le sonrió antes de pedirle a uno de sus amigos que le alcanzara una hoja en blanco.— Tienes dos horas para terminar mi ensayo sobre la Segunda Guerra Mundial.— le lanzó una hoja.

—Pero tengo clases.— él dijo sincero.

—No me interesa, así que es mejor que te apures.— demandó.— O sino...

—Me golpearás.— mencionó rendido sujetando la hoja para disponerse a caminar hacia la biblioteca, cómo decía, él no quería problemas.— Lo entiendo y no te  culpo, también buscaría al nuevo de la escuela para intimidarlo.

—Es bueno que lo entiendas.— fumó de su cigarrillo y se volvió a voltear respirando tranquilo ya que no debía preocuparse por las tareas nunca más.

—El cigarrillo es dañino y eres joven, según un estudio...

—Largo...

—Adiós.— y así, tras una sonrisita incómoda se fué.