Mi todo, Mi nada, Mi dueño, Mi ciervo

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—¡Me las va a pagar!— Lujan salió  enfurecido a buscar a aquel pequeño, él llegó hasta el aula del costado y sin importarle que estuviera el profesor Park allí dentro, ingresó furioso para luego sujetar del cuello a Kim Min quién tragó duro.— ¡Saqué cuatro!

—L—Lo siento.— el pequeño temblaba mientras sudaba y movía sus manos nervioso.— Quería revisarlo antes pero...

—Joven Lu, le pido amablemente que se retire.— Park puso una mano sobre el hombro del muchacho y lo apretó.

—¿Quién mierda te crees profesor? ¡Esto no es contigo!— él lo miró con mucha ira.

— Más respeto señor Lu que soy su profesor, dentro de la institución debes respetarme.— Lujan rompió en risas tras escuchar sus palabras.

—¿Lo dices porque afuera mi hyung te puede volver a partir la cara?

—Retírate.— él señaló la puerta mientras quitaba las manos de Lujan que estaban sobre Min de un jalón.— Él es mi alumno y no permitiré esta falta de respeto.— Lujan frunció el ceño antes de mirar a Min.

—Estás muerto.— amenazó pero el profesor Park sujetó su brazo y lo arrastró hasta el rectorado, por más que sea el hijo del benefactor más grande que tenía la escuela, él no permitiría aquellas actitudes.

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—Mañana requiero la presencia de su padre, joven Lu, en el último mes hemos recibido las quejas de más de diez estudiantes, no puedo permitir aquello.— El anciano mencionó determinado, él ya no lo seguiría permitiendo, estaba cansado.

— Disculpe, ¿Puedo pasar?— Baek asomó la cabeza.

—Adelante.

—Lo siento mucho rector pero...— él respiró profundo.— Le pido que le de otra oportunidad, sé que es un chico problema pero...

—No necesito que me defiendas.— el muchacho cruzó sus brazos pero Baek lo ignoró.

—Pero le prometo que no volverá a pasar, me encargaré de hablar con su padre personalmente.— él pidió desesperado ya que, lamentablemente sabía que su suegro maltrataría al chico provocando que se volviera incluso más rebelde de lo que ya era.

El rector frotó su sien, estaba cansado por lo que asintió.— Pero que sea la última.— el anciano también lo sabía, ya que así Lujan se llenara la boca diciendo que su padre lo ayudaría, él sabe que no tiene su respaldo ante sus malcriadeces.