LUCA El jet aterrizó en un pequeño aeropuerto ubicado cercas de Marruecos. El sol se encontraba a toda plenitud, y su intensidad hacía que ardiera mi piel como los mil infiernos. Esto era el maldito infierno y yo había llegado a él. Alan se paró a mi lado, ya había bajado también del jet. Habían pasado unos cuantos días desde aquel día que hice mía a la mujer de mi tío. Y ahora me encontraba al otro lado del mundo, buscando el maldito problema que me ordeno Serguéi que resolviera. —Este calor se siente como el infierno —se quejó a mi lado mientras se retiraba las gafas de sol de los ojos para limpiarse el exceso de sudor de la cara. —Demonios, no tengo ni un minuto que salí del aire acondicionado y ya estoy sudando como ebrio panzón. —Deja de quejarte como niña —le dije, pero no en mo
Download by scanning the QR code to get countless free stories and daily updated books