- ¡ZANE! ¡ZANE! –grito Cristina mientras corría hacia el, se tiro y no le importo el dolor matador de su muñeca y lo empezó a mover, vio como tenia pequeñas heridas y raspones El hombre que manejaba el auto, miraba la escena aterrado, tomo su celular y llamo a una ambulancia, al terminar la llamada se acerco a Cristina. - Lo lamento, de repente salió y…yo no lo vi –dijo el señor - Usted…es el único culpable –dijo Cristina llorando - No, pero y-yo… - Lo demandare… -le dijo firme Cristina El hombre se tomo la cabeza y lagrimas salieron de los ojos de el, por la angustia e impotencia. La ambulancia llego y de inmediato levantaron a Zane y lo pusieron en la camilla, tranquilizaron a Cristina con un simple ‘Tiene pulso’, Cristina se subió a la ambulancia y le dij